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"Borrando a papá", el documental más polémico, prohibido por la Justicia

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La Justicia prohibió la exhibición de Borrando a papá, que denuncia la obstrucción del vínculo entre padres divorciados y sus hijos.

Tiene detractores y aduladores. Y punto. Es difícil encontrar opiniones equilibradas sobre Borrando a papá, el documental estrenado de manera efímera el 2 de octubre, ya que una decisión judicial impide que se lo pueda proyectar por ahora.

El filme cuenta historias de padres alejados de sus hijos debido a divorcios conflictivos, que impiden ese vínculo durante años. Es, también, un alegato que intenta demostrar los prejuicios de la Justicia y de algunos profesionales, que hacen de la exclusión paterna una decisión automática ante las primeras denuncias de una madre.

Sólo dos salas oficiales en todo el país habían aceptado proyectarlo, debido a la polémica que se suscitó antes de su estreno. Y otras dos o tres salas privadas en todo el país, informó La Voz.

Pero el juez civil de Buenos Aires Guillermo Blanch dispuso no exhibirlo hasta tanto se eliminen de la película tres testimonios de profesionales entrevistados.

La medida cautelar fue presentada por la médica María Cristina Ravazzola, la abogada Hilda María Radrizzani y la psicóloga Susana Tesone, que plantean enfoques contrarios al que sostiene el documental.

El productor del filme -cuya historia es una de las seis de la película- Gabriel Balanovsky, dijo que "es imposible borrar esos testimonios sin desvirtuar el documental, por lo que la reedición que propone el juez es un acto de censura".

Críticas

El documental -que tampoco puede verse por YouTube, en donde había sido colgado- despertó rechazos por parte de ONG y especialistas, que le critican fomentar "la violencia y el abuso sexual de menores", y de "confundir las problemáticas de separación con el maltrato de padres abusadores", además de señalar que expone al maltrato a los niños por parte de sus padres.

“Lo que hay detrás de este film son grupos que esconden a abusadores o violentos que atraen a padres que tienen un problema de verdad”, explicó en su momento María Beatriz Müller, de la ONG “Salud Activa”, uno de los grupos que movilizó la protesta.

Algunas de las escenas más discutibles se tomaron con una cámara oculta. Por ejemplo, la del padre que acude a la salida de la escuela para buscar a su hijo: la mamá se opone y el chico presencia esa pelea ante el llanto, la impotencia y los traumas que seguramente le seguirán a esa situación.

Sin embargo, la decisión judicial no se refiere a estas partes de la película, sino a las de tres adultas entrevistadas en "on", inconformes con el enfoque del documental.

"El chico ya quedó expuesto cuando la mamá intentó alejarlo de su padre. La gente que critica lo hace dándoles nombre y apellido, mientras nosotros habíamos reservado la identidad y pixelado sus rostros. Además, tuvimos el apoyo del Incaa y el ente oficial clasificó al documental como Apto para todo Público. De todos modos, nadie presentó una demanda por eso", señaló a La Voz Ginger Gentile, una de las directoras.

Agregó que "es muy triste que un juez pueda dictaminar qué pueden ver los argentinos y qué no. Queremos abrir el debate sobre la obstrucción del vínculo padre-hijo, y la gente que está en contra pide censura para tapar el debate".

Lo cierto es que el documental se puede encontrar en sitios no oficiales, y que la decisión judicial le imprimió un renovado ímpetu, al margen de las dudas que despierta.

En el medio queda la complejísima polémica sobre estas historias y las terribles consecuencias para los hijos, los más afectados de todos.