En una emisión especial, la TV Pública reunió a tres de las principales "espadas" del kirchnerismo a nivel jurídico para "analizar" -en los hechos, desmerecer- la denuncia del fiscal Alberto Nisman sobre un supuesto complot para encubrir a los autores del atentado a la AMIA. El ex juez de la Corte Suprema Eugenio Raúl Zaffaroni, el ex miembro del tribunal que juzgó a la Junta Militar León Arslanián y el ex presidente del Tribunal Supremo de Justicia porteño, Julio Maier, se dedicaron por espacio de una hora, desde la emisora estatal, a analizar jurídica y políticamente los términos del escrito de 400 páginas que presentó el fiscal el pasado 14 de enero ante el juzgado del juez Ariel Lijo.
Si bien se excusó de no haber "estudiado" las 400 fojas, para Zaffaroni la denuncia de Nisman "describe una conducta que no es delito", pues el encubrimiento ni siquiera se verificó en grado de tentativa. Para el ex supremo, resulta evidente que "alguien lo determinó" a Nisman, que "alguien le dio información falsa" y que "eso lo estaba preparando antes y quizás no estaba terminado -nadie en 24 horas escribe 400 fojas-".
"Creo
en la buena fe de Nisman, y creo que le hicieron armar una cosa, lo
convencieron de algo, no es la primera desviación que se produce en la causa
AMIA como resultado de que le hacen la cabeza a alguien", sostuvo
Zaffaroni. Para el jurista, el escrito "era un borrador", que
"no tiene la característica de un escrito terminado".
Zaffaroni
analizó dos posibles hipótesis sobre la denuncia: "O bien se hizo como un
juego... una luz mala para tratar de armar algún escándalo y este muchacho se
encontró solo, con algún problema incluso personal, de personalidad, y se
suicidó. Y en una cosa mucho más terrible, que es que primero lo usaron y lo
mataron". "Yo me inclino por la primera, la segunda me parece
terriblemente tenebrosa", añadió.
Para
abonar la teoría del suicidio, deslizó que podría tratarse de "una
característica de personalidad que lo llevó a este muchacho a eso":
"Algo lo determina, o lo fuerza, o lo empuja o lo convence de la necesidad
de presentarlo (el escrito de la denuncia). Y después de que lo presenta, y él
se daba cuenta de la debilidad de todo esto, lo dejan solo. Para mí es esa la
versión más posible".
En
términos políticos, el ex magistrado entendió que la denuncia fue "una
tentativa de golpe de estado", "desestabilización", y
recordó que "tirar un muerto no es nada nuevo". "Ahora los
golpes de estado son distintos, se dan de otra manera. Se hacen fundamentalmente
a través de los medios de comunicación", concluyó.
Arslanián,
por su parte, consideró que el escrito de Nisman "es un relato que está
mucho más emparentado con el género de ensayo que con la factura
jurídica", que "sólo tiene de pruebas las escuchas telefónicas",
por lo que "está huérfana de elementos probatorios serios como para ser
tenidos en cuenta". En su hipótesis, al fiscal "pueden haberle dado
lo que en la jerga periodística se llama carne podrida".
Tras
poner en duda la legalidad de las escuchas realizadas por Nisman, aseguró que
"no tienen entidad probatoria para atribuir la responsabilidad" a la
presidente. En su criterio, "es claro que el hecho en sí (la presentación
de la denuncia) estuvo destinado a generar una crisis de confianza en el
gobierno", pues "tenía un fin político más que judicial".
Maier,
por último, consideró que era muy difícil creer que mediante un tratado
internacional se pudiera cometer un delito. "No cualquier cosa es un
delito", dijo, y explicó que "hoy en día la política ha transformado
al derecho penal en una especie de sana-lo-todo de cualquier problema que
exista. No es así".
Más cauto
que sus colegas, Maier prefirió evitar el término "golpe de estado",
aunque coincidió en que "se está pretendiendo desautorizar la autoridad de
la presidente de la nación antes de tiempo", para lo que prefirió el
término "desestabilización". (infobae.com)