Cerca del mediodía comienza el movimiento en la calle que une el río Gastona con la Ruta Nacional 65. Alli, debajo de un refugio, a la vera de Ruta 65, funciona la improvisada cocina que abastece a unas 250 personas que comen en el lugar o llevan sus platos hasta la casa para alimentar a su familia.
A las máquinas retroexcavadoras que trabajan en un arroyo y sobre la cuneta de la arteria, ahora se suman una veintena de mujeres, niños y ancianos que caminan con dirección a la ruta 65 hasta un refugio, que hasta hace 11 días era para el uso del transporte de pasajeros, ahora convertido en una cocina comunitaria. Un denso humo azulado rodea a los cocineros quienes están desde temprano atentos que la comida esté a punto para los más de 250 comensales que llegan hambrientos al lugar.
“Yo trabajo en la comuna (de Alpachiri- El Molino) y me designaron para ayudar
en este punto que es la cocina. Yo cocino en mi casa para mi familia pero jamás
cociné para tanta gente, así que también estoy aprendiendo y parece que le
gusta mi comida a la gente porque no se quejan (risas). Empezamos temprano con
la tarea más o menos a las 7 con ayuda de 10 mujeres que son las que organizan
todo, pelan las papas, cortan las verduras, preparan las 3 ollas y a mí me toca
cocinar con leña el menú diario. Hoy por ejemplo comeremos un rico guiso bien jugoso.
Todos los días llegan unas 250 personas entre grandes y niños que se llevan su
plato con comida a la casa o bien pueden comer aquí, porque improvisamos una
carpa y tenemos un mesón. Todo el mundo nos colabora, se acercó mucha gente
sobre todo de Concepción y les pedimos que nos sigan ayudando porque creo que
tenemos para unos días aquí en la ruta”, sentenció, Rubén Díaz, obrero de la
comuna y ocasional cocinero.
Por Rafael Medina.