Máximo Kirchner aseguró hoy que “nunca, nunca, nunca” tuvo cuentas en el exterior, y que es “una canallada” que publiquen un dato falso sobre su persona de tal magnitud, que “ni siquiera fue chequeado”, y afirmó que el objetivo es “mantener la denuncia de Alberto Nisman en los diarios”, como si esto fuera “una nueva saga, la tercera parte”, en un año que es de elecciones.
“Nunca, nunca, nunca, y nunca es nada”, dijo Máximo Kirchner durante una
extensa entrevista que le realizó Víctor Hugo Morales por radio Continental y
donde fue consultado sobre la existencia de dos supuestas cuentas que estarían
a su nombre en el exterior, una de ellas junto con la ex ministra de Seguridad
y actual embajadora ante la ONU, Nilda Garré.
Máximo, el hijo del ex presidente Néstor Kirchner y de la presidenta Cristina
Fernández de Kirchner, dejó claro que “es una canallada” lo que publicó primero
la revista brasileña Veja, que luego fue levantado por el diario Clarín, en
Argentina, y afirmó que ambos artículos son “el festival del condicional”, ya
que ninguna de las acusaciones está ni siquiera chequeada.
“Yo no he tenido acceso a los documentos, ni nadie me llamó de ninguno de estos
medios para chequear la información, ni tampoco se comunicaron con gente
cercana a mí, que a lo mejor hubiese sido más fácil. Ni siquiera está bien la
dirección del pasaporte, que no es como dicen de la calle Juncal, sino de Río Gallegos”,
aseveró Máximo.
El referente de la agrupación La Cámpora aceptó responder todas las preguntas,
que muchas veces volvían a repetirse a medida que se iban sumando medios que
estaban transmitiendo en directo la entrevista, y lo hizo en un tono firme pero
relajado.
Durante la extensa charla, que casi alcanzó una hora, Máximo defendió también a
Garré, de la que dijo que “su historia habla por sí sola”, siempre “al lado de
Néstor, Cristina y el proyecto nacional”, e ironizó respecto a las cuentas que tendría
en el exterior admitiendo que “hace 13 años” que no sale del país.
Respecto a los medios que publicaron esta información, cuestionó que “no
trabajaron en serio” porque “no chequearon los datos”, ni aún teniendo en
cuenta que “no era un dato menor” el que daban, porque no se trataba de “si se
compró un auto, o no”, sino de algo más serio que tiene que ver con otras
denuncias relacionadas con “energía nuclear y un atentado”.
Por eso, dijo “esta es una nueva saga” de la historia, “la tercera parte”, para
“mantener la denuncia de Nisman en los diarios”.
"No importa lo que se dice, si es verdad o es mentira, porque lo que se
busca es dañar. No les importa el grado de injuria ni que a la Argentina le
vaya mejor, lo que hacen es machacar a un pueblo que hasta hace un tiempo tenía
niveles de pobreza e indigencia que daban vergüenza a la Argentina”, apuntó.
Según dijo, estas operaciones que en Argentina lleva adelante el diario Clarín
se deben a que “una vez se les dijo basta, y no lo entienden y les duele, sobre
todo porque eran ellos los que antes les daban órdenes a los presidentes, y
ponían de rodillas a la dictadura”.
Máximo asumió que “la virulencia” de Clarín contra su persona se incrementó
luego de su aparición en un acto que tuvo lugar en Argentinos Juniors el 13 de
septiembre del año pasado, lo que lo hizo convertirse “en un objetivo casi
militar”, según interpretó.
“Uno tiene una postura no mediática y tranquila, por eso dicen cualquier cosa,
y cualquier cosa se vuelve creíble. Llegaron a decir que yo jugaba a la play
todo el día y a imitar a mi hijo en una cuna rodeada de dólares”, consignó, al
tiempo que consideró con estos antecedentes no cabía duda que “la disputa” era
“política”.
“Creo que tras el acto en Argentinos Juniors, donde yo no hice referencia a
ninguna de este tipo de cuestiones, se sintieron desnudos frente a sus mentiras
y, para ellos pasé de estar con el joystick de la play, a un lanzallamas”,
ironizó el dirigente de La Cámpora, de 38 años.
Máximo asumió que “cada vez se enojan más, estigmatizan más y atacan más”, pero
que él decide “dejarlo pasar” y “no andar desmintiendo”, aunque es consciente
que el hecho de que estos ataques provengan de “un monstruo como Clarín
desvirtúa todo”.
“Que tengan la libertad de decir cualquier cosa, yo no voy a andar
desmintiendo. Yo apuesto a que la sociedad saque sus conclusiones”, aseveró.
Dijo también que informaciones que no son chequeadas, como las que publica
Clarín, “dañan la credibilidad del medio”, y recordó que “en Estados Unidos, a
periodistas que han hecho las cosas de esta forma, los han echado”.
“No se cuál será el manual de estilo de Clarín para dar una información sin
chequearla, pero debe haber desmejorado mucho a lo largo del tiempo. Esto daña
la credibilidad del medio porque no está en juego la verdad, sino que se trata
de manipular”, apuntó.
Máximo Kirchner dejó claro que no iniciará ninguna acción legal contra Clarín
en Argentina, porque nunca lo hizo tampoco hasta ahora, pero admitió que sí
podría hacerlo contra la publicación brasileña, como lo hizo en su momento
Cristina Fernández contra el diario italiano Corriere della Sera, juicio que
ganó porque pudo comprobarse que la información “no era fehaciente”.
“En mi país, a pesar del Grupo Clarín, prefiero que se pueda decir cualquier
cosa, sin ir a la Justicia, aunque la tarea periodística resulte la fiesta del
condicional”, dijo, y agregó que de todas maneras recurrir a la Justicia en
Argentina “sería perder el tiempo, por cómo está la Justicia, amordazada por
(el CEO de Clarín, Héctor) Magnetto”.
Reiteró que “por respeto a las víctimas de los atentados” a la Embajada de
Israel y la Amia es que quería que tengan “bien en claro” que “no hay ningún
tipo de vinculación con ninguna cuenta en ningún lado”.
Respecto a la revista brasileña Veja, recordó que ya en 2011 hablaba de la
instalación de una red de periodistas iraníes en la región, y que son
publicaciones que buscan perjudicar a sus gobiernos, porque quieren defender
sus privilegios, pero dejó claro que de todas formas “es un problema de ellos”.
En lo humano, dijo Máximo, estos ataques “se vivían de una manera antes de la
muerte de Néstor”, su padre, porque luego de este acontecimiento “uno deja de
preocuparse por este tipo de situaciones”.
Recordó en este marco que cuando murió su padre se dijo que el cuerpo no estaba
en el ataúd, y que los que llorábamos frente a él “lo hacíamos frente a un
ataúd vacío”, sin luego mediar ni un pedido de disculpas.
“¿Qué hay peor de que te digan que sos capaz de llorar frente a un ataúd vacío,
cuando allí está tu padre?”, se preguntó Máximo Kirchner.
Finalmente, admitió que el hecho de ser el hijo de un ex presidente, y de la
actual Presidenta, y que sea parte de un proyecto político, en un año
electoral, lo hace esperar que “digan cosas peores”, acorde al “poder de
creación y operación” de los medios monopólicos.