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Descuartizó a su mujer y podría quedar impune

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La Justicia analiza la condición psiquiátrica del hombre que mutiló cruelmente a su mujer en Villa María, Córdoba, y luego se entregó a la Policía.

El fiscal Daniel Del Vö busca determinar si Hugo Barrera (39) puede ser pasible de una imputación por el brutal homicidio de su pareja, Carina Simonetta (44), a quien el lunes por la tarde mutiló con varios elementos punzocortantes en la casa que compartían en el centro de Villa María.

Ambos eran pacientes psiquiátricos del hospital Vidal Abal de Oliva y estaban dentro del programa de externalización, aunque desde el municipio de Villa María habían hecho recomendaciones de someterlos a tratamientos de internación prolongados debido a la gravedad de los cuadros psicóticos que presentaban.

La fiscalía ordenó la pericia mental que es obligatoria en esos casos y se realizaba ayer por parte de dos psiquiatras en Córdoba. “Luego se determinarán los pasos a seguir. La declaración del homicida dependerá de lo que digan los médicos”, explicó Del Vö, quien también requirió las historias clínicas de ambos al hospital de Oliva.

De ese estudio puede depender la decisión de imputabilidad o no del acusado.

La pareja se había conocido en el Vidal Abal y convivía desde hacía un año en la casa de la familia de la mujer con la intermitencia de los períodos de internación del hombre. Salvo unos primos, Simonetta no tenía otros familiares.

Salud Mental del municipio venía trabajando con ellos desde hacía tiempo. La psicóloga Silvana Pons, coordinadora del área, declaró que Barrera padece una estructura de personalidad psicótica con delirio persecutorio.

Si bien se trabajaba en conjunto con la Provincia para su reinserción, era considerado por el municipio “un caso de riesgo, muy complejo. Por eso pedimos su internación en reiteradas oportunidades”, agregó Pons.

Indicó que el 6 de marzo, cuando se le hizo una visita domiciliaria, advirtieron una situación de “extrema gravedad” y, frente a un pico de desestabilización de su delirio, se pidió con urgencia que se lo internara. También dijo que en agosto de 2014 habían pedido la internación para Simonetta, “porque no adhería a ningún tratamiento”.

Los vecinos de la casa de Chile 467, donde ocurrió el sangriento episodio, comentaron que era frecuente escuchar gritos y golpes en las paredes. La vivienda no tiene servicio de electricidad y ambos vivían en medio de un total desorden.

Cada vez que a Barrera se le daba el alta transitorio, era común que desde Oliva se avisara a Villa María. “No era un protocolo, pero generalmente ocurría así. Esta vez desconocíamos que estaba en la ciudad”, afirmó la profesional.

El sábado 28, un día después de que el hombre volviera a la casa, la Policía fue convocada por vecinos que escucharon gritos, pero “no se constató nada”, indicó el fiscal Del Vö.