Donar una unidad de sangre e inscribirte como donante de
médula sólo significan unos minutos de tu tiempo, pero para alguien más puede
significar una vida. Además, si donás 2 veces al año estarás cuidando tu propia
salud. Cuando donás sangre te realizan un profundo análisis para saber si tenés
alguna enfermedad infecciosa (Chagas, hepatitis, VIH, entre otras) y poder
comenzar a tratarte de manera gratuita. Dos argumentos más que validos para por
lo menos considerar informarte al respecto.
Este viernes se conmemoró el Día del Donante de Medula Ósea y en la plaza
Independencia, de 8.30 a 13, se realizó una importante colecta pública de
sangre y de plaquetas, de la cual participaron múltiples organizaciones
involucradas en la materia, 8 colegios de la capital tucumana, dependencias del
Ministerio de Salud y el Registro Nacional de Donantes de Médula Ósea.
Lo principal, es recordar que inscribirse como donante no es
nada invasivo: “cuando donás sangre tenés la opción de inscribirte en el
Registro. Con unos pocos mililitros destinados a analizar tu código genético
para incluirlo una red internacional de donantes ya quedas inscripto. En el
caso de que una persona necesite un transplante de médula ósea en cualquier
parte del mundo, si sos compatible, se vuelve a preguntarte si aún querés ser
donante y lo que donas es tu sangre, que contiene las células madre
hematopoyéticas que esa persona necesita para vivir”, comentó Liliana Ramponi,
titular de la Fundación Flexer, principal promotora del evento.
Las posibilidades de ser compatible genéticamente son 1 en 40.000. El código
genético es tan “caprichoso” que de una familia de 4 hermanos existe la
posibilidad de ser compatible con sólo uno de ellos, aunque se dieron casos de
familias más numerosas en las que ninguno de los consanguíneos era compatible.
De allí la importancia de promover la donación voluntaria. “Cuanto más grande se haga ese Registro más posibilidades habrá de que un paciente con enfermedades relacionadas con la sangre pueda curarse”, agregó.
Los requisitos para donar sangre son: ser mayor de 18 años, pesar más de 50 kilos y estar sano. Después de responder un cuestionario, se realiza la extracción de una unidad (450 ml de sangre) y, si estás dispuesto, te van a inscribir en el Registro de Donantes de Médula.
Y vos, ¿te tomarías unos minutos para salvar una vida?