El propio intendente electo de San Miguel de Tucumán, Germán Alfaro, encomendó a sus dos hombres de mayor confianza, el contador Crístian Abel y el doctor Walter Berarducci, la conformación del futuro gabinete, del cual ambos formarán parte en los lugares de mayor protagonismo.
Abel es la mano derecha del futuro jefe municipal y podría ocupar cualquier espacio de relevancia. Desde una secretaría General, de Gobierno o de Hacienda. Berarducci es el segundo en confianza.
De los hombres que actualmente ocupan funciones en el municipio, se puede adelantar que conservará su lugar el Fiscal Municipal, Hernán Colombres, y se crearía la secretaría de Transporte para Juan Giovanello.
Alfaro decidió darle participación en su gabinete a los socios del Acuerdo por el Bicentenario. Esto es Libres del Sur, el Socialismo y la Democracia Cristiana. Sus referentes principales han sido vistos ya en estos días por los despachos municipales.
Más allá de los nombres, la preocupación es con qué panorama financiero se encontrará. Hasta hace unos días le habían pintado un escenario tétrico, pero el actual secretario de Hacienda, legislador elector, Silvio Bellomio, le enseñó los números y las complicaciones llegarían sólo hasta fines de este mes. A partir de noviembre si hay prudencia y equilibrio en el manejo de los fondos no debería haber sobresaltos. Bellomio podría ser convocado también. Asumiría su banca en la Cámara y pediría licencia si así se resolviese.
Alfaro ha definido ya el proyecto de presupuesto para 2016 y ahí es donde comienzan algunos inconvenientes. Elevará la planilla de gastos de $ 2.400 millones a casi $ 3.100 millones. Pero reducirá las disponibilidades del Concejo Deliberante de $ 200 millones a $ 140 millones. Esto no cayó bien entre los ediles propios y los no propios. Gobernará con un Concejo adverso. Los 8 alperovchistas dan por descontado que sumarán a los bussistas a su accionar. Esto implica que contarían con 10 de los 18 votos que reúne el cuerpo. Pero además, esas 8 bancas alcanzadas por las fuerzas aliadas a él, no se mantendrían en un solo bloque. Al menos habría dos deserciones, una sería Sandra Manzone. O sea que el alperochismo tendría la fuerza necesaria para elegir las autoridades del cuerpo. Esto lo resolverían en una mesa de discusión Carolina Vargas Aignasse y Armando Cortalezzi.
Obviamente el futuro intendente solicitará que el Presidente del cuerpo deliberativo sea alguien de su confianza, en virtud de que es quién lo sucederá cuando deba ausentarse. Otro interrogante es cómo va a responder ese Concejo a los intereses de Alfaro. En principio necesita que el cuerpo trate dos temas contemplados entre sus promesas preelectorales: la creación de la Policía Municipal y el boleto estudiantil gratuito. La situación, como se ve, es compleja y se evalúa dentro de un gran hermetismo.
