"No sorprende la brutalidad de la política de Macri"

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María Coronel es hija de desaparecidos y una activa militante política y social. Es secretaria Adjunta de la CTA-Tucumán y hasta esta semana era responsable de la Escuelita de Famaillá, declarado Lugar Histórico Nacional Ampliar
La CTA delegación Tucumán emitió un duro comunicado para repudiar el despido de María Coronel, su secretaria adjunta, como responsable del Sitio Histórico de la Escuelita de Famaillá

"Por lo visto el presidente Mauricio Macri no sólo quiere vaciar el Estado mediante despidos masivos, también pretende hacerlo con la memoria apelando a la misma política de correr gente", de esta manera, la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), delegación Tucumán, se refirió al despido de María Coronel, secretaria adjunta de la organización gremial y responsable de la Escuelita de Famaillá, declarado Lugar Histórico Nacional mediante un decreto de Cristina Fernández de Kirchner del 11 de noviembre de 2015.

La Delegación local de la CTA que tiene como secretario general a Oscar Gijena, dijo que "lamentablemente la noticia no sorprende, no esperábamos otra cosa de Macri y su gobierno de derecha, pletórico de gerentes, muchos de ellos defensores de las peores políticas de la Dictadura Militar, pero indigna. Esto enciende las alarmas de las organizaciones gremiales, sociales, políticas, de Derechos Humanos que a lo largo de décadas dieron pelea para que el Estado tenga un rol vigoroso y activo tanto en los juicios a los genocidas como en la recuperación de los espacios en los cuales se torturaron y asesinaron a miles de argentinos".

El comunicado de la CTA expresa en otro párrafos:

"María Coronel es hija de desaparecidos y una activa militante política y social, un combo que para Cambiemos es poco menos que satánico y por lo visto argumento suficiente para despedir trabajadores sin motivo alguno".

"Ahora vemos con claridad como las palabras de amor, unión y paz de Macri, propias de un pastor evangelista televisivo, no eran otra cosa que un discurso de campaña.  Al Presidente, sus ministros y financistas: bancos, cerealeras, el Grupo Clarín, La Nación, la Sociedad Rural, nos les interesan ni los Derechos Humanos,  ni los juicios a los genocidas y sus cómplices civiles, ni la memoria y menos los trabajadores. Esta es la verdadera cara del PRO (terminemos con el verso de Cambiemos), la de la oligarquía que de ilustrada no tiene nada, sigue tan bárbara, brutal y vengativa como siempre. Nunca cambió y nunca lo hará".

"Queda activar los mecanismos legales correspondientes para terminar con esta medida nefasta. En el caso de nuestra secretaria adjunta ni siquiera se respetó la tutela sindical que le corresponde como a cualquier trabajador. Para el PRO asumir la representación gremial de sus propios compañeros parece ser una osadía que se paga caro. Pero esta pelea no sólo se dará en los tribunales. La movilización, la concientización de las bases, la unidad de los trabajadores, la coherencia de los organismos de Derechos Humanos, la política con mayúsculas (la "Maldita Política" para Macri y los suyos), herramientas poderosas de grandes franjas de la sociedad argentina volverán al escenario para dar una pelea que parecía que jamás se volvería a presentar, por Verdad, Memoria y Justicia".

"La CTA convoca a todos los sectores para combatir en estos momentos al neoliberalismo y al hambre que genera, el pueblo no permitirá nuevamente ceder sin luchar las conquistas ganadas. No más despidos por razones ideológicas".

"Respetando la autonomía de cada organización convocamos a todos los sectores dispuestos a librar esta batalla a una reunión con temario único: movilización nacional en defensa del salario y los puestos de trabajo. De esa reunión deben salir las medidas rápidas y prácticas, incluso un paro nacional combativo, que al margen de la burocracia claudicante recuperen para la clase trabajadora el derecho a defender el pan de sus hijos". 

La "Escuelita de Famaillá" fue construida entre 1972 y 1974, desde febrero de 1975 hasta el golpe de Estado de marzo de 1976 funcionó como centro clandestino de detención, por el que pasaron alrededor de 2.000 personas que fueron detenidas ilegalmente, sometidos a tormentos y vejámenes, sin una acusación formal, sin que mediara la intervención de un abogado y sin que sus familiares supieran dónde estaban. En muchos casos, esos hombres y mujeres fueron asesinados y sus cuerpos nunca encontrados.