Casualmente en el Día de los Trabajadores el Gobierno tendría decidido aplicar un nuevo incremento en el valor los combustibles. Trascendió que el aumento sería del 10%, y se haría para cumplir las órdenes del presidente Mauricio Macri quien le pidió a su equipo que todas las correcciones al plan se hagan durante los primeros seis meses del año, para despejar el segundo semestre de noticias alarmantes sobre desempleo e inflación incontrolables.

Los combustibles ya subieron un 6% en enero y marzo. Aunque hubo varias contramarchas (primero se habló de ese nivel de incremento, luego se analizó una remarcación del 10%), a las petroleras les dijeron que se les otorgaba un 6% en marzo y luego vendría otro 6% en abril, aunque ahora se especula que la suba sería de un 10%. Lo que implicaría un incremento acumulado del 28% desde que está en el gobierno Macri.

Las compañías están esperando y la principal interesada es YPF, cuyo 51% es del Estado nacional y las provincias. Las petroleras pretenden un incremento del 10% para recomponer, en parte, sus márgenes tras la devaluación del 40% que afectó la ecuación de su negocio, ante la necesidad de comprar el crudo a precio dolarizado y comercializar los combustibles en pesos en el mercado local.

Los economistas que siguen la evolución de la inflación creen que la aplicación de todos los incrementos generaría un alza del costo de vida por arriba del 5%, ya que otros rubros -como alimentos- también empujarán los precios. Y, por esa razón, creen que serán escalonados y que no se aplicarán en simultáneo.