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Saldo negativo en turismo, salvo para Tucumán y Salta

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Las vacaciones de invierno por ahora solo traen malas noticias por la baja del consumo.
Los pasajes a Mendoza, Cataratas del Iguazú, Puerto Madryn, Córdoba y Merlo anotaron una baja del 20 por ciento en la primera semana de las vacaciones de invierno (el cronograma se divide en dos y en el caso de Tucumán, las vacaciones finalizaron) respecto del mismo período del año pasado, con el consiguiente impacto en las reservas hoteleras. En la costa atlántica se registró una floja performance turística, con la hotelería funcionando con la mitad de las habitaciones vacías y los restaurantes prácticamente sin movimiento. Los espectáculos de teatro y cine en la ciudad de Buenos Aires, en tanto, muestran menos público que en vacaciones anteriores, con obras que vienen de anotar caídas en la recaudación de hasta el 50 por ciento respecto de los registros del 2015.

Referentes del turismo, la gastronomía y el esparcimiento aseguraron a este diario que la caída en el poder adquisitivo de la población ha sido fuerte y uno de los principales recortes en el presupuesto familiar son los gastos en vacaciones. Indicaron que la fuerte suba de precios en alimentos, hospedajes y transportes limitaron las escapadas tradicionales de las familias por el interior del país, pese a las promociones y estrategias de venta de los comerciantes, que en muchos casos empiezan a cerrar por la caída de la rentabilidad.

 “El balance de las vacaciones de invierno hasta ahora fue bastante dispar. El noroeste fue la parte más beneficiada, donde se destacó Salta y Tucumán. La gente encontró en esos destinos la mejor relación precio calidad. A la región cuyana, en cambio, le fue muy mal por la competencia de Chile. Por ejemplo, los turistas no se hospedaron en Mendoza sino que prefirieron cruzar a los hospedajes chilenos. En la costa atlántica directamente se está llorando por los rincones. En Pinamar, Villa Gesell, Mar del Plata, entre otros, los hoteles no superan el 50 por ciento de la ocupación. Algunos están esperando ver si en la segunda semana con la mejora del clima repunta un poco la actividad”, dijo Vicente Lourenzo, de CAME. Agregó que “la característica repetida en todas las regiones, al margen de si recibieron más o menos gente, es la austeridad en los gastos. Los turistas evitan cualquier tipo de compra superflua”.

“El nivel de las ventas en hoteles y restaurantes este año viene cayendo al 30 por ciento en relación con los registros del 2015. Esperemos que al cierre de las vacaciones de invierno se pueda lograr desacelerar un poco estas contracciones. Los hoteles del Norte, zonas con calor, fueron los más solicitados en estos días. Pero en la costa atlántica los negocios se pincharon por completo. La falta de gente es muy visible”, mencionó Roberto Brunello, de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica (Fehgra). Agregó que las tensiones por la merma de la actividad están impactando en el cierre de establecimientos. “Falta de rentabilidad, presión tributaria, suba de costos, caída de la demanda, entre otros, ya empezaron a generar cierres. En Catamarca, por ejemplo, hubo 3 o 4 establecimientos grandes que bajaron las persianas. En la Capital Federal, por el mayor tamaño relativo, es donde más se siente la crisis de este sector y se anotan los mayores cierres de restaurantes y hoteles”, detalló.

“En julio hubo algo de reactivación en lugares festivos por el fin de semana largo del 9, cuando se hicieron las celebraciones del Bicentenario. Ahora falta ver cómo cierran los números de las vacaciones de invierno. Lo que está claro es que falta capacidad de compra y que la gente, si sale de viaje, lo hace a lugares de precios medios y medios bajos. En las zonas donde se exige un poco más de gasto para el hospedaje y los alimentos el turismo no anduvo nada bien”, describió Ernesto Barrera, de la Cámara Argentina del Turismo Rural.