No había que ser un profeta para determinar que la política de ajuste de Macri sólo cierra con una lógica perversa de represión y demonización de gremios, abogados laboralistas, jueces del fuero del Trabajo y cualquiera que pretenda hacer valer sus derechos, o exigirlos, mediante la osadía de realizar una marcha o protestar en una fábrica.
El panorama es negro, y lo que pasa en Brasil es un espejo en el cual debemos mirarnos. El presidente más impopular de su historia acaba de lograr la aprobación de una reforma laboral que lleva al gigantesco vecino prácticamente a la época de la esclavitud.
En tanto, el primer mandatario más popular, Lula, está condenado a prisión. Y ante lo espeso del horizonte, la Asociación de Prensa de Tucumán y la CTA Tucumán repudian la represión a los compañeros de Pepsico y llamar a todos los sectores gremiales, políticos y sociales que se oponen a esta especie de Restauración Conservadora a coordinar medidas de acción directa para poner un freno a las pretensiones de barrer con los derechos de los trabajadores.
