La psicóloga y abogada Anabela Antoni Piossec, miembro del Servicio de Medicina Laboral de la Policía, denunció este viernes al secretario de Seguridad Ciudadana, Paul Hofer, y al jefe de Policía, Dante Bustamante, bajo los cargos de coacción, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de un funcionario público, en el marco del caso de CInthya Benedetti, la mujer policía que asesinó a un compañero con el que mantuvo un lazo sentimental.

Hace un mes, la policía Cinthya Benedetti asesinó a su compañero Franco Piqueras, con el que habría mantenido una relación sentimental, y luego se suicidó en plena calle. Durante la investigación se pudo saber que una ex pareja ya la había denunciado por amenaza de muerte en el año 2014, y que luego, sin concluir su tratamiento psicológico, fue dada de alta.

Tras darse a conocer esta situación, Anabella Antoni Piossek brindó declaraciones a la prensa, en las cuales criticó duramente el protocolo para volver a darle un arma a un policía envuelto en una situación violenta, motivo por el cual se la trasladó, se le inició un sumario y fue inhabilitada para ascender en la fuerza. “Había circulado en ese caso que la institución de la cual formo parte no estaba al tanto de la situación de esta mujer, y viendo que el jefe de policía no nos salió a defender, tuve que salir yo a aclarar la situación. Luego de esto me notificaron que no podemos hacer declaraciones en público sin autorización previa de un superior. Esto data de un articulado publicado en un compendio del año 1972 que a mi entender es inconstitucional porque viola la libre expresión”, sostuvo Antoni Piossek.

“Por esto me iniciaron un expediente y me trasladaron sin ninguna causa, aduciendo que no me adapto a los reglamentos, sin decirme a cual regla no me adapto. No tengo ninguna sanción previa como para que me digan que no me adapto a las normativas. Además, me inhabilitaron para ascender en la fuerza en base a sumario por una causa que desconozco porque ni sé de qué me imputan”, agregó.

Según aclaró la psicóloga, la medida en su contra es una práctica habitual de “censura” que los funcionarios aplican sobre los subordinados “para evitar que se difunda información que pueda perjudicar su imagen”. “Buscan manipular y oprimir al personal para que se haga lo que ellos quieran y mantenerse en el poder. El temor está presente todo el tiempo dentro de la policía”, sentenció.