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River demostró su jerarquía y poderío para meterse en semifinales de la Libertadores

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Ganó, gustó y goleó. Paliza de River dando vuelta la serie metiéndole ocho goles a Wilstermann. Con Scocco intratable con cinco goles, con Enzo Pérez finísimo (dos tantos) y completando la goleada vía Nacho Fernández. El equipo de Gallardo a la semifinal contra Lanús.

Recontracopados. No hay lógica, no hay antecedentes, no hay análisis que alcance para contar la paliza que le dio River a Jorge Wilstermann para bailarlo con un 8 a 0 inolvidable y llegar a las semifinales de la Copa Libertadores.

Marcelo Gallardo había dicho que tenía el mayor de sus desafíos y pidió sacar todo el temple. Tocó las fibras anímicas del plantel pero también metió mano en lo táctico sacando a los laterales habituales (Casco y Moreira) y poniendo a Montiel atrás formando una línea de tres e incluyendo a Rojas en cancha.

La vocación ofensiva desde el inicio y la efectividad que todo goleador puede soñar alguna vez resumida en un nombre: Ignacio Scocco.

Wilstermann esperaba el aluvión pero no se imaginó que aguantaría apenas seis minutos. Los suficientes para que Nacho Scocco, el delantero que no es goleador, mostrara por qué sería una noche histórica. La necesidad de dar vuelta el 0 a 3 le obligaba a continuar con el pie en el acelerador y no falló.

La movilidad del Pity González y Nacho Fernández, Auzqui abriendo la cancha, Rojas siendo profundo y Scocco metiendo más goles que chances de gol… Si en veinte minutos ya había igualado la serie, ¿cómo no soñar? Y el sueño fue con fútbol total. Porque los goles de River terminaron siendo uno más lindo que el otro.

El 4 – 0 que ya lo ponía en semi de Enzo Pérez no les hizo aflojar la presión. Wilstermann, con un gol, podía todavía obligar que el equipo de Gallardo tuviera que meter más. No hizo falta, porque el intratable Scocco aprovecharía bien la sintonía fina que ese día tenían todos. Como si fuera poco, Pérez corrió cinco mil metros, eludió hasta a Evo Morales y definió con una fantasía.

¿Seis? ¿Siete? ¡Ocho! River está en la semifinal y ya hay un finalista argentino (el rival será Lanús).

Wilstermann se mostró con un adversario temible tras aquella noche olvidable de River en Bolivia. Pero el juego del equipo de Gallardo en la revancha, lo dejó minimizado a un equipo que parecía que no eran de las misma categoría. Ocho para hacer historia y vivir recontracopado./ole.com.ar