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Sorpresa en Chile: Piñera saca menos votos de lo esperado y hay ballotage con Guillier

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Las presidenciales de Chile volvieron a marcar la creciente dificultad de las encuestadoras para anticipar los cambios políticos: El favorito Sebastián Piñera sacó un 36% de los votos muy lejos del 42% que le auguraban las encuestas previas, con una proyección que en algunos casos lo ubicaban en el 49%, rozando la posibilidad de evitar el ballotage.

El impacto del voto voluntario en Chile y la continuidad del modelo concentrado Piñera deberá entonces ir a una segunda vuelta el próximo 17 de diciembre, con el candidato de la oficialista Nueva Mayoría, Alejandro Guillier, que con el 22% de los votos hizo una muy mala elección, pero le alcanzó para entrar en el ballotage. Sin embargo, la estrella de la noche no fue ninguno de estos dos políticos, sino la periodista Beatriz Sánchez del izquierdista Frente Amplio que sorprendía con un 20%, introduciendo en el sistema político de Chile una transformación profunda, que parece empezar a abandonar los dos bloques históricos que se dividían el poder.

Piñera sacó incluso 8 puntos menos que en la primera vuelta del 2009 cuando obtuvo el 44% y terminó ganando el ballotage y convirtiéndose en presidente.

En tercer lugar también sorprendía el pinochetista José Antonio Kast que superaba el 8%, generándole por derecha un daño severo a Piñera. Luego venía con 5,9% la demócrata cristiana Carolina Goic que condenaba así a su fuerza a una derrota histórica. Luego se ubicaba Marco Enríquez-Ominami con un 5,4% salvado apenas la ropa, luego de haber liderado al inicio de la campaña la pelea.

La jugada de la Democracia Cristina de romper su histórica alianza con la Concertación -ahora se llama Nueva Mayoría- para ir sola a la primera vuelta y negociar con más fuerza ante el ballotage, no pudo salirle peor a Goic. Ahora, para el oficialista Guillier es central alcanzar un acuerdo con Beatríz "Bea" Sánchez que sacó casi cuatro veces los votos de su aliada tradicional.

La candidata del Frente Amplio abrió la puerta a ese acuerdo, al afirmar ante los militanmtes que desbordaban el palco montado en la cortada Sara del Campo: "Mañana iniciamos una conversación, pero va a ser de abajo hacia arriba, no con diez dirigentes encerrados en una habitación", advirtió, queriendo socializar una decisión que no será fácil para un Frente Amplio que tiene sectores muy refractarios al oficialismo.

Pero también fue muy terminante a la hora de marcar los límites de acá al ballotage: "Algo tenemos claro, Sebastián Piñera es un retroceso para el país y vamos por otro rumbo". Y anticipó que pedirá explicaciones a los "oráculos" del Centro de Estudios Públicos (CEP), una fundación de gran prestigio que difunde las encuestas más respetadas en el país y que dio en su último sondeo al Frente Amplio menos de la mitad de lo que sacó.

"Yo quiero una explicación de estos que se sienten los dueños de Chile diciendo que estábamos fuera, si no fuera por eso que instalaron acaso hoy estaríamos en la segunda vuelta", afirmó.

Luego en su discurso, Piñera "agradeció" a Kast y anunció que su eventual gobierno "defenderá los valores de la familia y el humanismo cristiano", otra señal al candidato derechista que propone la derogación de una reciente ley que despenaliza el aborto en algunos casos. También recordó Piñera la saga de los mineros, uno de los puntos más altos de su anterior presidencia. Pero acaso el tramo mas inquietante de su discurso fue cuando dijo que "una derrota electoral tampoco es el final, lo importante no es siempre ganar si no no darse nunca por vencido".

El resultado de este domingo conmocionó a la política chilena porque la última encuesta del CEP de hace un mes -en Chile las encuestas están restringidas- le otorgaba a Piñera un 42% y a Beatriz Sánchez apenas un 9%, que terminó más que duplicando ese resultado y peleando el ingreso al ballotage.

Durante toda la jornada se mencionaba por lo bajo que Bea Sánchez estaba haciendo una elección impensada, algo que se podía intuir por la enorme recepción que tenía en la calle.

El resultado por otro lado, tuvo una ganadora silenciosa. Contenida pero con algo de revancha en el rostro, la presidente Michelle Bachelet, celebró que la mayoría de los chilenos hayan decidido continuar con el cambio y pidió reforzar esa tendencia para el ballotage. Es que su gobierno lanzó una serie de reformas de segunda generación que giraron a la Concertación algunos módicos grados a la izquierda, en el entendimiento que las pasadas y masivas protestas de estudiantes y futuros jubilados, estaban revelando cambios profundos en la sociedad chilena. Una lectura que el ascenso del Frente Amplio, vino a confirmar./lapoliticaonline.com.ar