Más allá de que el paro de colectivos complicó a muchos tucumanos a la hora de concurrir a sus lugares de trabajo o de realizar trámites en la zona centro de San Miguel de Tucumán, la metodología de protesta elegida por los choferes provocó un verdadero caos vehicular en algunas zonas de la ciudad. Los conductores decidieron estacionar sus unidades en las calles, en varios puntos incluso en doble fila, generando graves inconvenientes en la circulación. Esto generó mucho malestar entre los transeúntes, taxistas y conductores particulares, que consideraron que la medida fue muy extrema.

El secretario general de UTA, Cesar González, había anunciado ayer que los choferes estacionarían sus vehículos en el lugar que se encontraran a la hora de iniciado el paro. No obstante, la forma en la que se encuentran dispuestas las unidades en puntos clave de la ciudad, devela que se trató de una estrategia para caldear aún más la situación y presionar, en primer lugar, a los empresarios para que aseguren el pago adeudado de los salarios, y en segundo término, a las autoridades municipales para que avancen en el aumento del boleto, que desde AETAT vienen solicitando como la salida a la crisis que atraviesa el sector y que derivó en el paro de hoy.

Los puntos más complicados de la ciudad son en los alrededores de la plaza Irigoyen, en el parque 9 de Julio, en la zona de la Terminal de Ómnibus, en las calles Crisóstomo Álvarez y Corrientes, y en los alrededores de la zona del Concejo Deliberante (San Martín y Monteagudo), que se vieron repletas de colectivos estacionados.

Ante esto, desde la Municipalidad anunciaron que se labraron actas a todas las unidades que violaron las normas de tránsito y también explicaron que avanzarán en sanciones por la interrupción brusca del servicio.