El sueño de Independiente quedó trunco en la definición por penales. Con diez hombres desde la primera etapa por la expulsión de Amorebieta, sostuvo el 0-0 (la parda había sido 1-1 en la ida) gracias al orden y la solidaridad de sus hombres y a las atajadas de Martín Campaña.
Sin embargo, Marcelo Grohe, el portero del conjunto de Porto
Alegre, atajó el penal decisivo ante Martín Benítez y el festejo quedó para los
locales.
Independiente debió disputar un primer tiempo en una postura
desacostumbrada, al menos desde el arribo de Holan al banco de suplentes. Es
que Gremio le planteó un partido para avasallarlo, con dinámica, recargando el
juego por las bandas y aprovechando la noche iluminada de Luan, al que sólo le
faltó efectividad.
Alisson y Everton le sumaron vértigo al ataque del conjunto
conducido por Renato, el pasaje de los laterales hizo ancho al local. Y al
Rojo, salvo a través de arrestos individuales de Meza o Leandro Fernández, le
costó mucho escaparse del asedio.
Un detalle que no lo asistió: la falta de un ariete, de
alguien que acunara el balón de espaldas para convocar a los mediocampistas al
campo adversario (un Gigliotti, suspendido), generó que la pelota regresara
rápido a los botines de los hombres de Gremio.
Así, Amorebieta fue héroe a los 7′, cuando sacó en la línea
la definición de Everton. Y resultó villano, a los 41, cuando vio la roja por
dejarle el tapón tatuado a Luan, en una acción en la que el árbitro Cáceres
apeló al VAR para dilucidar qué sanción correspondía.
También lo tuvo Luan, sobre el final de la etapa inicial,
con un toque que pasó junto al palo de Campaña. Independiente, excepto por un
remate de Fernández en el que Grohe dio un rebote peligroso, casi no inquietó.
Holan buscó reordenar a la tropa en el complemento, con
Figal para acomodar el fondo y Benítez para usufructuar los espacios. También
intentó bajarle el ritmo al partido. Padeció a los 8′, cuando Everton hizo
volar a Campaña.
Pero logró su cometido. Aguantó con orden y aplomo. Por
momentos muy cerca de su área, pero con los hombres bien distribuidos para no
ofrecer filtraciones. El elenco de Porto Alegre fue perdiendo la paciencia y la
lucidez. Y los minutos fueron llamando a la prórroga.
La estrategia del "aguante", con un omnipresente
Nicolás Domingo, supuso zozobra en la prórroga. A los 6′, el ingresado Jael
estrelló un cabezazo en el travesaño. También pudo arrimarse al arco de Grohe
con un centro rasante de Benítez. Así transcurrió el primer cuarto de hora
extra.
El segundo mini tiempo entregó cuatro chances claras para evitar los penales, tres para el local y una para la visita. Un tiro libre de Cicero que rebotó en un hombre de Independiente y permitió el lucimiento, una vez más, de Campaña, gran figura. Y un cabezazo que Figal sólo debía soplar junto al palo para concretar la hazaña.
Luego, otro tiro franco de Cicero se desvió cuando tenía
destino de gol. Y Campaña respondió una vez más ante Maicosuel para decretar
los penales.
Los penales fueron una lección de sangre fría. Por el local,
ante un especialista como Campaña, convirtieron Maicon, Cícero, Jael, Everton y
Luan. Gaibor, Meza, Domingo y Silvio Romero mantuvieron la paridad. Grohe, ante
Martín Benítez, disparó la celebración de Gremio. Pero no le quita méritos al
Rojo.
Es que Independiente disputó dos finales con un hombre menos desde el primer tiempo (lo mismo había ocurrido con Gigliotti en la ida). Y exhibió temple e identidad para sobreponerse. Para destacar, más allá de la desazón de sus hinchas.