Con la lectura de la acusación contra el único imputado,
comenzó el juicio oral y público por el asesinato de la dirigente trans Amancay
Diana Sacayán, el primero en la Argentina que es calificado por la parte
acusadora como travesticidio, dado que fiscalía y querella coinciden en que se
trató de un crimen de odio encuadrado dentro de los agravantes por violencia de
género (ver aparte). En este proceso, la acusación como autor material del
travesticidio pesa sobre Gabriel David Marino, de 25 años, aunque en forma
paralela sigue abierta la causa porque se tiene la certeza de que hubo
participación de una segunda persona cuya identidad no ha podido ser
establecida hasta el momento. La audiencia de apertura se hizo en el sexto piso
del Palacio de Tribunales, en Talcahuano 550, mientras en la calle se reunieron
familiares y amigxs de la víctima, con una bandera que decía “Justicia X Diana
Sacayán, basta de travesticidios”.
En la segunda audiencia, prevista para el lunes próximo,
están citados 13 testigos, entre ellos Sasha Sacayán, hermano de Diana, y un
oficial de policía que fue el primero en llegar a la escena del crimen. Para
ese día se espera también, con gran expectativa, la declaración de la
antropóloga y activista mexicana Amaranta Gómez Regalado, quien fue convocada
en calidad de “testigo experto”.
Lucila Sánchez, abogada querellante en representación de la
familia de Sacayán, le dijo a PáginaI12 que “con las pruebas reunidas en el
expediente, no caben dudas de la participación de una segunda persona, aunque
se presume que el autor fue Marino”. En este sentido recordó la existencia de
videos registrados en las cámaras de seguridad del edificio en los cuales “se
ve entrar y salir del lugar a dos varones”, dentro del margen horario en el
cual se cometió el travesticidio. Diana Sacayán, colaboradora del suplemento
Soy de este diario, fue asesinada de 13 puñaladas, con tanta saña que el caso
llegó a juicio como “homicidio triplemente agravado por haber mediado violencia
de género, por odio de género y con alevosía, en concurso real con robo”.
Respecto de la investigación paralela para tratar de
establecer quién es la segunda persona involucrada, Sánchez señaló que
consideran que algunos de los testigos citados al juicio “podrían aportar datos
que podrían servir para avanzar con esa investigación”. Al principio del caso
fueron dos los sospechosos, pero luego no se reunieron pruebas necesarias
contra uno de ellos y el único imputado, con prisión preventiva, es Marino. La
abogada de la familia estimó que “hay certeza de que Marino no estuvo solo, aún
en el caso de que él haya sido el único autor material”.
Por su parte, Juan Kassargian, querellante en representación
del INADI, le comentó a este diario que “en la apertura, las tres acusaciones,
de las dos querellas y de la Fiscalía, fueron coincidentes en cuanto a la
calificación del hecho”. Para el INADI, que el caso quede caratulado como
violencia de género por odio por identidad sexual sería “un hecho histórico
para la Justicia del país”. Kassargian coincidió también en la necesidad que
siga adelante la investigación para tratar de determinar quién fue el segundo
hombre que estuvo con Marino en la escena del crimen.
Esta es la primera vez que un asesinato contra una persona
trans es considerado como “un crimen de odio a la identidad de género”. Hasta
hoy se realizaron sólo dos juicios de este tipo, uno por el crimen de Natalia
Sandoval, de 35 años, en Mendoza. y otro por el de Vanesa Zabala, de 31, en la
provincia de Santa Fe. En ambos se aplicó la prisión perpetua, pero no se tuvo
en cuenta el agravante por odio.
La audiencia está a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal 4
de la Capital Federal, integrado por los jueces Adolfo Calvete, Ivana Bloch y
Julio César Báez. La apertura fue breve y estuvieron presentes en la sala, y
fuera del Palacio de Tribunales, familiares y amigos de la víctima.
Marino llegó en condición de detenido, dado que se le
prorrogó por cuatro meses la prisión preventiva, en razón de las demoras
sufridas para el comienzo del juicio, previsto inicialmente para mediados del
año pasado. El imputado llegó a los tribunales vestido con una camisola blanca,
jeans y zapatillas, y acompañado por su defensor oficial, Lucas Tassara. En la
primera jornada se leyó el requerimiento de elevación a juicio, durante la cual
se recordaron los argumentos establecidos por el fiscal de instrucción Matías
Di Lello, quien fue asistido en esa etapa por Mariela Labozzetta como
representante de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres
(UFEM). La fiscal sigue ahora participando en el juicio oral.
En el escrito que se leyó, los fiscales consideraron que
Marino, junto a otro hombre que aún no fue identificado, asesinaron a Sacayán
entre el sábado 10 y el domingo 11 de octubre de 2015 en el interior de su
departamento, situado en Avenida Rivadavia 6747, tras atarla de pies y manos y
amordazarla. Los peritajes indicaron que el cadáver de Diana, que fue hallado
el 13 de octubre, presentaba 27 lesiones de las cuales 13 habían sido cometidas
con un arma blanca, que presuntamente es la misma que se secuestró en la escena
del crimen, de 20 centímetros de largo y que tenía restos de sangre en el filo.
Sobre el agravante de “alevosía”, señalaron que la víctima
presentaba lesiones en su rostro y en el cráneo, por las cuales se infiere que
Sacayán se encontraba en un estado de indefensión cuando fue asesinada. Según
la instrucción, el contexto y el modo en el que se produjo el hecho permiten
suponer que el homicidio estuvo motivado “por su condición de mujer trans y por
su calidad de miembro del equipo del Programa de Diversidad Sexual de Inadi,
impulsora de la lucha por los derechos de las personas trans, líder de la
Asociación Internacional de Lesbianas, Gays y Bisexuales (ILGA) y dirigente del
Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (MAL)”.
En base al inciso 11 del artículo 80 del Código Penal que permite configurar un homicidio en “femicidio”, los fiscales explicaron que la identificación del género de una persona debe hacerse en función de su identidad de género, y por ello, el término “mujer” incluye también a las travestis, transexuales o transgénero que tienen una identidad femenina. (Fuente: Página12)