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Contra todos los pronósticos River se quedó con la Supercopa

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El conjunto de Marcelo Gallardo derrotó en la final a Boca Juniors por 2 a 0. Los goles fueron convertidos por el Pity Martínez y Nacho Scocco, uno en cada tiempo, para darle una nueva copa a los hinchas Millonarios.

River le ganó muy bien a Boca la final del mundo por la Supercopa por 2 a 0. Muy eficaz arriba, con la solidez del arquero Franco Armani y la intensidad para dejar al equipo de Guillermo sin nada.

La fiesta es toda millonaria. River es el Supercampeón de la Supercopa. Supercampeón por donde lo mires. Porque le ganó de punta a punta. Porque tuvo en la eficacia su mejor atributo. Porque jugó el partido que le convenía y ahogó la reacción rival con un arquero que marcó diferencias.

Un 2 a 0 que quedará en la historia del fútbol argentino, así como en su momento la del 76 que había perdido. La contundencia es un mérito. La seguridad de tu arquero es un valor. La intensidad para recuperar la pelota es un distinción.

River le ganó la final más esperada a Boca y se quedó con la Supercopa ganándole 2 a 0 con un nivel de eficacia asombroso y una solidez en su arquero Armani que fueron ejes de un triunfazo histórico.

Que los clásicos son diferentes es una de las frases hechas más reales que tiene el mundo del fútbol. El paseo de Boca por la Superliga y el pésimo momento del equipo de Gallardo armaba un escenario claramente favorable para el equipo del Mellizo.

Es cierto, River no tenía nada que perder y mucho para ganar. Y se lo ganó en muy buena ley, capitalizando el regalito de Cardona al hacerle el penal a Nacho que derivó en el gol del Pity.

La decisión de cortar cualquier circuito futbolero de Boca había que llevarla a cabo con exactitud y eso suele ser complicado. Y más si antes de los 10 minutos ya está amonestado Ponzio. Sin embargo, la intensidad para estar encima siempre del hombre rival (sin necesidad de ir a presión tan arriba), le fue quitando energías a Cardona y compañía. Cediendo la iniciativa, los del Muñeco sabían que debían esperar su chance. Chance que le dio el mismo Cardona haciéndole un penal tonto a Nacho Fernández que el Pity Martínez transformó en gol.

Con esa necesidad, Boca se quedó en los amagues de la reacción. Con un Pablo Pérez poco preciso, un acelerado Nández y un pésimo partido de Tevez, la historia de la resurrección pasaba por alguna aparición de Pavón. Así y todo, el equipo de Guillermo tuvo sus “cinco” minutos de gloria en los que parecía tener el empate al caer. Pero se chocó con el partidazo de Armani que no falló en las cinco jugadas seguidas que lo pelotearon.

El sostén del arquero para que luego River armara su demostración de cómo se debe hacer un contragolpe. Con Nacho Fernández apostando a seguir en lugar de forzar un foul, cambiando de dirección la jugada (Nacho Fernández), el desborde justo con el centro atrás del Pity y la definición de goleador de Scocco. Un golazo para que el Supercampeón termine dando la vuelta a puro brillo en Mendoza. Y goza a lo grande./ole.com.ar