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Los gremios pedirán un aumento del haber mínimo del 25% en el Consejo del Salario

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Sindicatos van por el 25%, Trabajo tiene escaso margen de maniobra y juega la presión empresaria.
Como un apósito para heridas sangrantes, la próxima cita del Consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) trazará un nuevo registro donde los sindicatos que participarán de la cita irán por el 25%, en rango continuo de perder por poco y elevar el subsuelo salarial en medio de la crisis económica.

Agosto llegará con esa convocatoria dentro de la secuela del paro del 25J, con efervescencia sindical en la CGT, satélites y aledaños de esa central y la urgencia, no asumida al ciento por ciento del Gobierno, por renovar algún canal de diálogo más amplio con las organizaciones gremiales.

Este mes el SMVM llegó al monto de $10.000 en devaluación máxima respecto de la canasta básica alimentaria que cotiza a $18.000.

El consejo salarial que no solo versa en cuanto a referencias salariales sino a dinámica laboral entre otros temas, tiene el condimento de la participación de los sindicatos, la CGT, las CTA y reproches de los excluidos. Empero para esta edición 2018 puede guardar un paralelismo con la estructura a corto plazo que ya se conversó y conversa en Azopardo como también en sindicatos fuera del elenco del consejo directivo: una mesa ampliada. "Requisito inevitable" deslizan algunos secretarios generales.

En junio del año pasado, por primera vez desde el restablecimiento del Consejo del Salario, el Gobierno fijó por decreto el SMVM, luego de fracasar las deliberaciones ante la reacción sindical y la primacía del sector patronal. El número que fijó la Casa Rosada fue un 20,3%, en tres tramos respecto de la pauta del mínimo salarial que debe percibir un trabajador soltero en la Argentina por la jornada laboral.

Las tres cuotas tuvieron la siguiente secuencia $8.860 en julio 2017; $9.500 desde enero pasado y coronó los $10.000 durante el corriente. Escenario donde cabe acotar que el oficialismo se encaminaba a las elecciones legislativas, todavía se aseveraba que el Gobierno tenía problemas económicos pero no políticos y no muchos avizoraban el retorno con la frente marchita al FMI.

Incluso respecto de la mensura de poder sindical la administración Cambiemos se alivió cuando a fin de año fracasaba a todas luces la huelga que la CGT convocaba contra la reforma previsional, escenario que incluso varió con la adhesión e impacto a la medida de fuerza nacional del 25J.

La impronta empresaria tampoco es para ningún brindis o fotos con sonrisas de ocasión, el panorama de los industriales argentinos agrupados en la UIA también registra guarismos con pérdida de empleo en torrente, no ya goteo. Dentro de ese sector, que en el último consejo salarial bajo mandato y con presencia de Cristina Fernández habían dejado reproches de la década kirchnerista e incluso cuando el balotaje consagró a Mauricio Macri como presidente, especulaban con un modelo "algo desarrollista, pero de ninguna manera netamente liberal", algunos directivos hoy -con gusto- editarían sus apreciaciones en on y en off.

Desde las centrales obreras se aguarda mesa ampliada para buscar al menos alguna corrección, a conciencia de que el Gobierno debe dar un gesto. En el 2016 la convocatoria incluyó al Movimiento de Acción Sindical (MASA) además de la CGT y la CTA, ahora algunos secretarios generales lo dan por descontado. "Ni en la CGT ni en el Consejo del Salario hay margen para mesas chicas, que junten algunas si no tienen grandes porque la coyuntura lo impone", advierten varios no alineados. por Luis Autalan , BaeNegocios