La Asociación de Prensa de Tucumán manifiesta su más profundo repudio a los actos de acoso, intimidación y violencia física o psicológica ejercidos por cualquier persona o institución, que atenten contra la dignidad e integridad de cualquier persona y de l@s trabajador@s de medios en particular.
Como Institución y grupo de varones y mujeres trabajadores de prensa repudiamos:
* Toda forma de violencia laboral, conducta o comentario de connotación sexual no consentido por quien lo recibe que condicione o perjudique su desempeño creando un entorno de trabajo intimidatorio y humillante.
* El mal trato psicológico modal o verbal que desestabiliza, aísla o destruye la reputación, autoestima o capacidad y que, genera degrado o alejamiento del espacio laboral.
* Toda conducta que directa o indirectamente ocasione un daño físico al trabajador.
Por ello sostenemos: Todo/a trabajador/a tiene el derecho y la obligación moral de denunciar y de poner al descubierto a quien o a quienes hacen un uso abusivo del poder.
La Asociación de Prensa de Tucumán insta a los organismos públicos donde se asentaron las denuncias, a dar celeridad en el esclarecimiento y resolución de las imputaciones.
Señala y demanda además la responsabilidad y obligación de las instituciones y empresas en la formación y preservación de espacios de trabajo sanos y libres de violencia laboral accionando los mecanismos necesarios (aplicación de protocolos, instructivos, formación, etc.) para tal fin.
En este sentido y entendiendo la problemática como un mal que percute sobre todo@s, la Asociación de Prensa de Tucumán se compromete al desarrollo acciones concretas en los medios de comunicación y espacios laborales donde se denuncien embates en este sentido y solicita la imperiosa participación, tanto del cuerpo de trabajador@s como así también de la plana patronal para una ejecución efectiva y obligatoria de las acciones.
Creemos que la violencia laboral provoca un daño directo a la integridad de las personas, afectando su salud física y mental, su trabajo y su vida social.
Y a la vez, estas consecuencias negativas se extienden sobre las organizaciones y por ende nuestra sociedad.
Erradicar la violencia laboral es parte en la construcción de un país, y de una verdadera democracia, en donde la impunidad y el miedo no sean más los aliados del autoritarismo.