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Concepción: Una plaza abandonada es hoy un lugar de estacionamiento y acampe

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Hay un solo tobogán y un arenero viejo. Los vecinos quieren recuperarla: piden más seguridad, luz y que desmalecen.
Abandonada, salvo porque a veces se instalan carpas de miembros de la comunidad gitana o artistas callejeros que la utilizan como refugio por las noches.  Mal iluminada, autos estacionados en la vereda, una estructura casi destruida donde iba una hamaca y el arenero rodeado de maleza sin niños que lo disfruten, es la postal que los vecinos del barrio El Ceibo soportan desde hace al menos 15 años y que, a pesar de sus reclamos a las autoridades municipales de turno, nunca obtuvieron respuestas. . 

La plaza Policía Federal Argentina, se encuentra en Juan B Justo sin número, frente a la vieja traza de ruta 38, hoy llamada Travesía Urbana. 

Desde hace varios años  pasó de ser lugar de recreación a territorio de robos, depósito de basura y consumo de drogas.

“Llevamos años reclamando y presentando notas. Pasaron varios intendentes y concejales y nadie nos dio  respuestas a nuestros pedidos. La plaza se llama Policía Federal, pero es tierra de nadie: es insegura, refugio de malviviente que por las noches vienen a consumir alcohol y drogas”, explicó a primerafuente,  Rosana Argona, quien vive metros del paseo público.

Alrededor de este espacio verde, viven cerca de 12 familias. Originariamente tenía  hamacas, pero quedó solo el soporte de hierro, herrumbrado y roto. También hay un tobogán despintado. Ambas estructuras se alojan dentro de un arenero rodeado de malezas y sembrado de vidrios de botellas.

Por la noche, todo el terreno está casi a oscuras: no tiene luminaria propia sino de la colectora que pasa por enfrente. “De noche es difícil salir sino cargas una linterna, está muy oscuro y en invierno totalmente desolado. Es fundamental arreglar la Plaza y poner iluminación y policía. Hay casos de inseguridad todos los días”, relató otro vecino.

En algunas épocas del año, este pulmón de la cuidad,  se convierte en un campamento donde conviven comunidades gitanas y ocasionales artesanos que pasan por la ciudad.  

“El “olor  a baño” es insoportable. Esta gente hace sus necesidades en cualquier lugar. No se puede seguir así, hay muchos niños que no pueden disfrutar de este espacio. Somos vecinos que pagamos nuestros impuestos y queremos que esta zona también esté cuidada. No pedimos nada del otro mundo, solo exigimos que nos cambien esta realidad, porque no la merecemos”, concluyó,  Argona,