El sueño de Jaguares se evaporó en la noche neozelandesa. El tricampeón del Súper Rugby fue como una aplanadora casi imposible de detener. El poderoso Crusaders le ganó al equipo argentino 19 a 3 y no dejó dudas de porque son el mejor equipo en la historia de la competición (ganó 10 de 23 torneos).
El conjunto neozelandés apostó a un juego asfixiante para no
dejar reaccionar a nuestros compatriotas. No le dejó hacer casi nada, lo anuló
en sus puntos más altos, jugando de manera agrupada en ataque, con una gran
actuación del All Black Mo’unga.
En defensa también le hicieron irrespirable el juego a
Jaguares, no lo dejaron pensar, lo obligaron a usar demasiado el pie y a que no
tuviera demasiadas opciones para lastimarlo. Pese a esa superioridad, solo le
marcaron un try convertido en el primer tiempo. El resto fueron cuatro penales.
Jaguares tuvo al menos tres oportunidades de apoyar en el
ingoal local que se frustraron por centímetros. En todas intervino el excelente
Moroni, el jugador más incisivo, que además fue elegido el “Man of the Match”,
un merecido reconocimiento a su entrega.
A pesar de la derrota, nada apaña el excelente torneo que
desarrolló la franquicia argentina, que en tan sólo cuatro temporadas alcanzó
la etapa final del torneo más importante del mundo – sin contar a los de
selecciones –, un logro que reconocen –y quizás envidian- hasta sus rivales.
Será borrón y cuenta nueva. Ahora a pensar en el mundial septiembre, donde los argentinos tendrán una nueva chance de demostrar su valía. El crecimiento que tuvieron muchos de los jugadores de la franquicia invita a ilusionarse. Claro, la gran mayoría de ellos serán la base que Los Pumas llevarán a Japón. Como para no tener esperanzas después de este torneo.