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Los obreros del Santa Bárbara peregrinan buscando interesados en el ingenio

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Finalizó otra semana sin acuerdo con el empresario Rocchia Ferro, quizás el único capaz de tomar la administración de la planta fabril de Aguilares. Pero además, los trabajadores no logran obtener los subsidios para paliar la falta de empleo y poder recibir alguna ayuda económica.

Este viernes por la mañana los trabajadores del ingenio Santa Bárbara se trasladaron a la ciudad de San Miguel de Tucuman y después de muchas horas de ir de un lado para el otro, volvieron a su lugar de origen con la misma amargura de siempre.

Sin novedades que les permita alimentar la esperanza de sostener su fuente laboral, los trabajadores junto a los delegados de la Fotia, trataron infructuosamente establecer algún contacto con los funcionarios de Casa de Gobierno. A decir por los obreros, no lograron llamar la atención del gobernador Juan Manzur ni del vicegobernador Osvaldo Jaldo, que al promediar la mañana estaban en el Palacio de Gobierno.

Ante la indeferencia de las autoridades políticas, casi un centenar de hombres rumbearon a la casa del empresario Julio Colombres, a cincuenta metros de la plaza Independencia por calle 24 de Septiembre. El dueño del ingenio Santa Bárbara les transmitió la noticia que no deseaban escuchar: el acuerdo con el industrial Jorge Rocchia Ferro no prosperó.

El propietario de los ingenios Aguilares y La Florida es tal vez la única alternativa cercana que tienen para poder mover los trapiches y de esa forma seguir aferrados al sueño de vivir de lo que tanto les gusta. 

Las diferencias entre un integrante del directorio del grupo Colombres y Rocchia Ferro habría enfriado cualquier posibilidad de acuerdo. Pero antes de marcharse, los obreros recibieron la novedad de que al parecer habría otras firmas dispuestas a realizar una oferta por la fábrica azucarera.

En cuanto a las gestiones realizadas por los subsidios de desempleo o interzafra, teniendo en cuenta que son 400 los trabajadores que no obtienen ingresos desde el año pasado, el resultado fue el mismo que al intentar hablar con Manzur y Jaldo: nada de nada.

La desazón de la gente es muy grande, tanto que al regresar de Tucumán, no hicieron asamblea como suelen hacerlo cada vez que quieren comunicar al resto el resultado de las gestiones. Quizás porque volvieron con las manos vacías o tal vez porque no tenían aliento, los obreros asumieron que lo mejor será volver a encontrarse el lunes en las puertas del ingenio Santa Bárbara./Rafael Medina