El brutal asesinato de Víctor Martín conmocionó a la
localidad cordobesa de Villa Nueva. El hombre, de 77 años, fue hallado en su
casa con al menos seis heridas punzantes provocadas por un cuchillo tramontina.
Hasta el momento de la detención del joven de 18 años, la policía no tenía
sospechosos por el crimen que se produjo en la noche del lunes.
El martes por la mañana, la hermana del joven lo había
denunciado a la policía local porque no lograba que cumpliera con el
aislamiento preventivo obligatorio que dispuso el Gobierno, sin saber del
terrible hecho del cual se lo acusaría.
Ella y su hermano, Mario Alberto Román, viven a poco más de
50 metros de la casa de la víctima. Tras la denuncia de su hermana, el joven
fue llevado a la comisaría para ser notificado por el incumplimiento de la
cuarentena. Al mismo tiempo ingresaba a esa dependencia el llamado de un amigo
del hombre de 77 años, denunciando que no le abría la puerta y no respondía a
sus llamados.
Tras registrar la aprehensión del joven, los efectivos
policiales se dieron cuenta de que tenía manchas de sangre en las zapatillas y
la campera, y por la cercanía entre la vivienda de Román y de la víctima, fue
nombrado el principal sospechoso del crimen. Además de que luego se constató
que las zapatillas y la campera eran de la víctima, a la que Román también le
había robado $200 y el teléfono celular.
Por todos estos datos, la fiscal del caso, Juliana Companys, acusó al joven por delito de “homicidio calificado por criminis causa”.