En tanto, el nivel de indigencia medido entre julio y
diciembre del año pasado fue de 8%, 1,3 puntos más que el 6,7% del segundo
semestre de 2018.
De esta manera, sobre una población de 47 millones de
habitantes, alrededor de 16,4 millones de personas no tuvieron los ingresos
suficientes para adquirir la alimentación, servicios básicos e indumentaria,
que se requieren para no ubicarse por debajo de la línea de pobreza.
Dentro de este número de pobres, 3,7 millones son
indigentes, debido a que sus ingresos no alcanzaron para comprar el mínimo de
alimentos para la subsistencia.
Estos números -en base a las proyecciones existentes- se
incrementarían de manera sensible durante el primer semestre del corriente año,
a causa de los efectos económicos del coronavirus.
El director del Observatorio de Deuda Social de la UCA, Agustín
Salvia, advirtió que la coyuntura de aislamiento agravará en los próximos meses
la situación social que “ya era delicada a finales del 2019”.
“Hay que salir de la crisis anterior y de esta nueva crisis
que golpea al segmento que debía ponerse a la vanguardia de la recuperación”,
afirmó Salvia en diálogo con Télam.
Para lograr este objetivo, a criterio del especialista de la
UCA, “se requiere de un acuerdo político entre oficialismo y oposición más otro
acuerdo en materia de reglas económicos, funcionamiento de la economía y
acuerdos de redistribución con los actores económicos y sociales”.
Salvia dijo que en la actualidad “estamos teniendo una nueva
crisis con un agravamiento de la pobreza estructural” es decir que post
cuarentena habrá “pobres más pobres y nuevos pobres”; algo que “no percibimos
en el contexto de aislamiento, pero está ocurriendo”.
En lo que respecta al informe del Indec, estos niveles de
pobreza e Indigencia, de 35,5% y de 8% al término del segundo semestre del año
pasado respectivamente, se ubicaron ligeramente por encima de los índices del
primer semestre de 2019, cuando ambos registros fueron de 35,4% y 7,7%
respectivamente.
Este aumento ocurrió durante un año en que la inflación
trepó al 53,8% y la economía en su conjunto cayó 2,2%, según los datos del
propio Indec.
Entre los niños de hasta 14 años, el 52,3% son pobres,
mientras que entre los que tienen entre 15 y 29 años la pobreza alcanza al
42,5% de ese grupo.
La medición que realiza el Indec sobre la pobreza e
indigencia es una comparación de los bienes y servicios requeridos que componen
la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y la Canasta Básica Total (CBT), contra los
ingresos que perciben los integrantes del sector de la población tomado como
muestra.
Mientras que el costo de la CBA, que fija el umbral por
debajo del cual se cae en la indigencia, y el de la CBT, que marca el nivel de
pobreza, se incrementaron ambas 52,8% a lo largo del 2019, el Índice de
Salarios mostró una suba acumulada del 40,9%.
El organismo informó que el salario del sector privado
registrado aumentó 44,3% durante el año pasado, el del sector público 44,3% y
los trabajadores “en negro” tuvieron un alza del 29,5% en sus ingresos.
El Indec también dio cuenta de que la ciudad de Concordia,
en Entre Ríos, resultó el conglomerado urbano con mayor índice de pobreza, con
el 51,1% de su población.
En segundo lugar se ubicó Salta, con el 45,5%, seguida por
Santiago del Estero (45,2%), Formosa (41,6%) y Posadas (41,3%).
En el Gran Buenos Aires, el principal conglomerado del país,
el índice de pobreza fue del 40,5% al cierre del segundo semestre del año
pasado.
En cuanto a la indigencia, los partidos del Gran Buenos Aires concentraron la mayor proporción con el 11,3%, seguidos por Concordia con el 11%, San Nicolás-Villa Constitución 8,6%; Rawson-Trelew 8,3% y Salta 7,9%./Fuente: Télam.