La crisis desencadenada por el coronavirus puso en el centro
de la escena mundial las capacidades de los sistemas de salud para dar
respuestas a las necesidades de la población. En Tucumán, mientras desde el
gobierno aseguran estar preparados para contener la ascendente demanda
sanitaria, desde la Asociación de Clínicas y Sanatorios (ACyS) señalan que ese
sector, que concentra el 50% de las camas disponibles en la provincia, se encuentra
en una situación económica muy delicada, lo que podría impactar de manera negativa en las
posibilidades de atención de los efectores privados de la salud.
El principal problema, aclararon desde la ACyS, es que la
cadena de pagos se destruyó completamente. Sucede que la crisis económica actual
condujo al desfinanciamiento de las obras sociales -dependen del empleo formal
y del nivel salarial, dos factores en caída libre desde hace al menos 2 años-,
que constituyen el principal ingreso de los centros de salud privados.
En diálogo con Primera Fuente, el titular de la Asociación,
Eduardo Vega Olguín, explicó que lo que más afecta a la capacidad económica de
los nosocomios es la demora en los pagos de los servicios que este sector
brinda a los afiliados del Subsidio de Salud, ya que estos constituyen el 50% del
universo de pacientes. Recién esta semana la obra social provincial logró
saldar una deuda que acumulaba desde enero. El próximo vencimiento es este viernes
10 de abril, y desde el gobierno ya advirtieron no estar en condiciones de pagar
en tiempo y forma.
“En situaciones de recesión, queda en evidencia que es
inviable una prestación de salud que solo se financia con el impuesto al
trabajo”, subrayó el directivo.
Al atraso y/o falta de pago por parte de las obras sociales,
se le suma la necesidad de adquirir equipamiento para combatir la pandemia del
Covid-19, lo que se traduce en un incremento de costos, además de las excesivas
subas en los precios de los insumos médicos. Según detallaron, la inflación en
el sector de salud trepó en promedio un 70%, frente a la general que aumentó un
54%. “Algunos precios crecieron excesivamente, multiplicándose hasta 15 veces
su valor, y muchos de nuestros proveedores no cuentan con stock para satisfacer
la demanda”, sostuvo Olguín. Esta última cuestión –explicó- alcanza también al
Estado. “Hay faltantes de estos insumos, no solo en Tucumán, sino en todo el
mundo”, agregó.
A estas variables hay que añadir otros dos agravantes: la
desactualización de aranceles que perciben por las diferentes prestaciones; y una
caída en la facturación ocasionada por la reducción al mínimo de las prácticas
médicas, una medida solicitada por el gobierno para preservar la mayor la
cantidad de camas disponibles para atender posibles casos críticos de pacientes
con coronavirus.
Cabe recordar, que por pedido del Ministerio de Salud, todos
los nosocomios privados mantienen en reserva hasta el 70% de sus unidades de internación,
para lo cual debieron reducir la atención a casos estrictamente urgentes
-aquellos imposibles de postergar- y
suspendieron cualquier otra prestación. “Muchos piensan que los sanatorios son
un negocio y esto no es para nada real. Hoy estamos trabajando con una cantidad
reducida de prestaciones pero tenemos a todo nuestra estructura activa, tenemos
que pagar todos los salarios como corresponde, y seguimos haciendo frente a los
impuestos y a los servicios públicos. Todo esto nos genera muchas complicaciones
económicas”, expuso el Dr. Olguín.
La cuestión arancelaria tampoco es un problema menor. Según el
presidente de la ACyS, los aranceles no sólo están desactualizados en función a
los tiempos que corren, sino que existe una “gran” desigualdad entre los
valores que se manejan en el norte del país con relación a los fijados en
Buenos Aires. “Un nacimiento o una cirugía de apéndice se paga mucho más en Bs.
As. que en cualquier provincia del NOA. Siempre vamos por detrás, somos los más
olvidados”, puntualizó.
La sumatoria de todos estos componentes económicos inevitablemente castiga también al eslabón más importante en todo sistema de salud: los agentes
sanitarios. En momentos en los que las necesidades económicas apremian, los trabajadores
de la salud vienen percibiendo sus salarios con atrasos y de manera desdoblada.
“Nuestro personal está en la primera línea de combate a la pandemia de
coronavirus, arriesgando sus vidas y la salud de sus familias. La mayor parte
de ellos no está accediendo a sus salarios. ¿Qué incentivo le damos a nuestros
trabajadores para que arriesguen la vida si no podemos ni siquiera abonarle los
sueldos como se lo merecen?”, señaló el
titular de Clínicas y Sanatorios.
En este marco, la Asociación le viene exigiendo al gobierno la conformación de una mesa de diálogo permanente, en donde puedan debatir y diagramar soluciones a los problemas que aquejan al sistema de salud público, pero hasta aquí desde el PE no acusan recibo. “El Ministerio –de Salud- puede considerar más importantes o menos importantes nuestras opiniones, pero necesitamos que nos escuchen. A pesar de nuestros insistentes llamados no logramos que las autoridades nos den las respuestas necesarias para mantener activa nuestra estructura y poder sostener con eficiencia nuestra atención a los enfermos en este período crítico. Nos sentimos abandonados”, señaló Olguín.
Coronavirus: el pico de contagios llegaría a mediados de mayo
En cuanto a las expectativas en torno al avance de la
pandemia de Covid-19, aseveró que en los próximos 8 o 9 días se van a duplicar
la cantidad de casos confirmados y que el pico de contagios se alcanzará dentro
de 40 o 45 días. En este sentido, remarcó la importancia de seguir aplanando la
curva para que llegado ese momento “podamos dar respuestas a los pacientes
críticos”. “Es importantísimo que la gente respete el aislamiento, si debe
salir que mantenga la distancia recomendada, que nos lavemos con frecuencia las
manos, y que tengamos siempre a mano las herramientas para nuestro cuidado
personal”, añadió.
Consultado sobre cómo debería ser la salida del aislamiento obligatorio, consideró “vital para la economía” que las actividades se vayan liberando de manera gradual y paulatina, y “vital para contener la pandemia” que la población tome conciencia sobre todos los recaudos que se deben tener en cuenta para evitar el contagio. “Nos enfrentamos a una gran dicotomía: para combatir la pandemia tomamos medidas que pueden matar la economía. Personalmente creo que tenemos que ser responsables a la hora de tomar este tipo de decisiones. Se debe ir liberando de a poco la economía y acompañar ese proceso con la concientización de la gente”, sentenció.