“La agricultura familiar está al borde de la quiebra. La
estamos pasando muy mal desde hace mucho tiempo y esta pandemia nos ha
complicado aún más”, remarcó al aire de Radio Prensa Alejandro Sánchez, referente
de la Asociación Campesina Tucumán y de la Federación Nacional Campesina.
El dirigente aclaró que la situación viene siendo complicada
desde el gobierno anterior, cuando la producción fue duramente golpeada por la
política económica de Mauricio Macri. No obstante, no desconocen que la
pandemia y la cuarentena que ella motivó terminaron por poner al sector en
terapia intensiva.
En este sentido, el dirigente contó que durante el macrismo lograban
paliar en cierta medida la situación realizando ferias y los masivos “alimentazos”,
que tenían lugar principalmente en plaza Independencia, pero producto de las restricciones
por el Covid-19 esa posibilidad también se evaporó.
“Algunos sectores están en quiebra luego de 4 meses sin
poder vender sus productos. Esta situación no se puede sostener más. Las
semillas y los insumos tienen precios fijados en dólares, pero nuestras ventas
se concretan en pesos. Sumado a que no podemos mover nuestros productos, se
hace muy difícil poder continuar”, señaló Sánchez. “Tenemos casos de algunos productores
que están vendiendo un cajón de 10 kilos de tomates a $50 porque necesitan
vender algo para subsistir”, agregó.
Los “verdulazos” y “alimentazos” –ferias masivas
en diferentes puntos del país- fueron una constante durante los últimos años.
Ese fue el modo que encontraron para superar las cadenas productivas que
terminan por encarecer sus productos y poder acercarlos a la mesa del
consumidor a precios módicos. De ese modo lograban vender sus productos a buen
precio, generando un doble beneficio, para el consumidor y para los
productores.
Con aquellas medidas también se buscaba exigir al gobierno una reforma agraria que brinde mayores posibilidades a los pequeños y medianos productores, una deuda que este gobierno aún no asumió como propia, si bien, si se planteó la recuperación de tierras fiscales y ociosas para destinarlas a la producción, una propuesta que ven con muy buenos ojos desde el sector campesino.
Cabe recordar que la FNC lleva más de 6 años reclamando una reforma agraria, acceso a la tierra, promover la transición hacia la agroecología y reivindicar la necesidad de una agricultura familiar fuerte. “Necesitamos generar miles de chacras mixtas, destinadas al trabajo de la agricultura familiar. Tenemos que avanzar con la reforma agraria. Esto va a beneficiar a todos los productores argentinos”, sentenció.