Para Zuban, nos hallamos frente a un fenómeno vigente desde antes de la pandemia: los medios, sobre todo los nacionales, vienen en un proceso de pérdida de prestigio y credibilidad vinculado a la toma de partido por una postura ideológica. Además, en el país se consumen muchos medios con mirada porteñocéntrica” 

“Eso generó una fuerte pérdida de reputación. En cambio medios locales inspiran más confianza y son más cercanos a la agenda de la gente”, afirmó la politóloga a Radio Prensa.  

Pese a esta realidad, para Zuban, los medios nacionales “siguen marcando la agenda vinculadas a grupos de presión e interés y dejan de mirar la agenda de la gente”. “Responden a intereses funcionales a las pautas que reciben.  Esto genera una pérdida de audiencia la cual se alimenta por las redes sociales que se volvieron un canal de información”, analizó. 

“La clase política se volcó al discurso polarizado, y enfrentado. Los medios siguieron esta línea la cual tiene un efecto muy lesivo en la opinión pública. La sociedad argentina se lesiona frente a esta polarización”, afirmó la analista. 

Para la politóloga, esta situación también afecta a los jóvenes quienes están desencantados de las figuras políticas actuales. “Pese a ello se informan mucho más de lo que creemos a través de otros medios como redes sociales o portales que respetan sus tiempos”. 

Para Zuban los jóvenes son muy selectivos a la hora de informarse e incluso tienen un compromiso social mayor del que se puede identificar a simple vista. “Se activan cuando hay causas que los movilizan como en Ni una menos, problemas ambientales o aspectos propios de su localidad”.