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Es trabajador de prensa, bombero voluntario y lucha contra el fuego en los cerros

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Daniel Gordillo tiene 44 años, es trabajador de prensa, empleado en Alpargatas y bombero voluntario. Ampliar
Daniel Gordillo vive en Santa Ana, en donde tiene su programa de radio de folclore en una FM. "Es inexplicable lo que se siente al arriesgar la vida por el otro".
Daniel Gordillo tiene 44 años, sus hijas son Marcia y Agustina Macarena, su mamá es Ángela Gordillo. Es empleado de la fábrica Alpargatas, pero sus verdaderas vocaciones son la comunicación y el servicio a la comunidad. Vive en Santa Ana, una comuna rural que se encuentra a 115 kilómetros al suroeste de San Miguel de Tucumán, a donde se llega primero por la ruta nacional 38 y luego por la provincial 332.

Pura caña de azúcar y ahora algunas fincas de cítrus. Ese es el paisaje que rodea a la comuna que atesora un rico pasado por haber visto nacer allí al otrora floreciente ingenio azucarero Santa Ana, que fue fundado por Clodomiro Hileret en el siglo XIX. Tan pujante fue la actividad de entonces que el parque de la casa principal fue diseñado por el famoso paisajista francés Carlos Tahys, el mismo que diseñó el Parque 9 de Julio de Tucumán y el Jardín Botánico de Buenos Aires, entre otras obras monumentales.

Daniel es trabajador de prensa desde hace nueve años, tiene un programa de folclore los domingos en la FM del pueblo "La 99.9" e integra la Asociación de Prensa de Tucumán. "Formar parte del gremio le ha dado un sentido colectivo a mi oficio, a mi vocación, porque sé que no estoy solo", reflexiona.

"Algo debía hacer, no podía quedarme de brazos cruzados"

Hace cuatro años, luego de haber visto numerosos accidentes entre vehículos y de tomar conciencia de cuánto demoraba en llegar una ambulancia por la distancia que debía recorrer hasta llegar a esa zona, que aún es rural en gran parte, pensó que algo debía hacer, que no podía quedarse de brazos cruzados.

"Hablé con mi familia y les dije que me iba a sumar al cuartel de los bomberos voluntarios de Santa Ana. Se preocuparon, pero ya había tomado la decisión y algo de experiencia tenía porque en Alpargatas me ofrecí para integrar un grupo, del que ya no formo parte, que recibió una capacitación para actuar en casos de accidentes o incendios en la planta", contó.

Los incendios forestales en la zona del cerro conocida como Piedra Grande, en la Reserva Natural Santa Ana, puro cerro, puro monte, han sido el "bautismo" para Daniel en un hecho de estas dimensiones. "Es bravo porque salimos del cuartel a las 6.30, una hora más tarde las camionetas nos llevan hasta donde pueden. Recibimos las instrucciones del jefe del operativo Darío Barros y luego tenemos que seguir a pie un buen rato por medio de la maleza hasta que llegamos a los focos de fuego", cuenta.

Estos incendios comenzaron hace ya una semana y no han podido ser extinguidos. El combo sequía, monte seco y las dificultades del terreno han jugado en contra del esfuerzo de estos hombres y mujeres que se pasan jornadas enteras en la montaña. "Bajamos exhaustos, muy cansados, con ganas de alimentarnos y descansar porque al día siguiente hay que volver. Sabemos que luchamos en desventaja porque nos falta equipamiento, pero ponemos mucha voluntad y eso es lo que nos sostiene, siempre pendientes de cuidar al compañero porque convivimos con el riesgo y hay una familia que nos espera", reflexionó Gordillo.

Destacó que reciben el apoyo de las comunas rurales de Santa Ana, Monte Bello y Los Sarmiento que les garantizan alimentos y algo de equipo. También valoró el apoyo de un grupo de enduristas de Aguilares que llegan hasta zonas complicadas con agua y elementos de trabajo. Además, contó que fue muy importante la tarea de dos aviones hidrantes que estuvieron en la zona y que fueron provistos por el Gobierno de la provincia.   

Aún cansado y con el peso de las horas de trabajo contra el fuego en sus espaldas no abandonó su otra pasión. El domingo a la mañana fue a la radio a hacer su programa de radio para no abandonar a su audiencia. "No podía dejar de hacer el programa porque se generó un hermoso vínculo con la gente, nos acompañamos y cuido mucho esa relación", confesó. Por la tarde descansó y el lunes a madrugada ya estaba otra vez sobre la camioneta del cuartel viajando a los focos de incendios con sus compañeros.

Para cerrar, Daniel expresó como un ruego, un pedido: "Formo parte de un equipo de 50 bomberos, entre activos y aspirantes, en donde todos estamos comprometidos. A esta altura ya estamos muy cansados y con nuestro escaso equipo muy desgastado. Aún, sabiendo que estamos en desventaja entregamos todo porque es indescriptible la voluntad de servir a los otros. Rogamos al cielo que llueva porque aún persisten los focos en lugares casi inaccesibles".

Por David Correa

Twitter- @davidcorreatv