El 7 de enero, un día después de que su madre muriese por coronavirus,  Lorenzo solicitó a la Justicia que su padrastro Oscar García Rúa recibiera “en carácter urgente” la administración de nebulizaciones de ibuprofeno de sodio y de dióxido de cloro intravenoso, terapias recetadas por el neurocirujano del paciente, Dante Converti.

El juez en lo civil, Javier Pico Terreno, hizo lugar al amparo presentado y dispuso que el Sanatorio Otamendi y Miroli administrara al paciente la sustancia que le había sido indicada por su neurocirujano particular. La clínica apeló la medida, pero debió realizar la práctica aunque aclaró que lo hacía fuera de su responsabilidad.

El paciente, un hombre de 92 años que estaba en grave estado producto del coronavirus, falleció este lunes, según lo confirmó el abogado de la familia, Martín Sarubbi.

“El pasado domingo se le suministró  dióxido de cloro y el ibuprofenato  de sodio, a Oscar, que había tenido un cuadro de fiebre  y estaba expectorando un color amarillo. Había  tres médicos que estaban en ese momento y coincidieron que podría existir una bacteria por eso se ordenó  análisis. En ese momento la saturación había disminuido, estaba entre 70 y 85. Estábamos esperanzados que tenía chances de vivir y que hicimos lo correcto. Al día siguiente nos comunicaron, cerca de las 17, que había fallecido”, contó Lorenzo.   

Es importante destacar que el uso de dióxido de cloro para casos de COVID-19 fue desaconsejado por la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) y la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), que no lo autorizó.

En las últimas horas trascendió que representantes de la familia demandarán  al sanatorio Otamendi al considerarlo responsable de la muerte porque “dilató el tratamiento”. En este sentido José María aclaró que “nosotros hicimos un amparo para salvarle la vida a mi mamá y luego esa medida se amplió para salvarle la vida a Oscar, nosotros no hicimos nada en contra de nadie”, concluyò.