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El represor Benedicto quería ir a rendir Derecho Romano en la UNT

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Los jueces del Tribunal Oral Federal de Tucumán le negaron el pedido al sostener que existe “un peligro cierto de fuga”. Está acusado de haber participado de la “patota” que operó en el ex Arsenales.

El escribano Juan Carlos Benedicto, el primer civil acusado de delitos de lesa humanidad en la provincia, estuvo seis meses prófugo y fue capturado en junio pasado en Paraguay. Ahora, alojado en el penal de máxima seguridad del penal de Villa Urquiza, pidió permiso para rendir esta tarde la materia Derecho Romano II en la Facultad de Derecho de la UNT, donde tiene condición de alumno readmitido.

Pero el Tribunal Oral Federal de Tucumán, integrado por los jueces Gabriel Casas y Carlos Jiménez Montilla, negó el pedido al sostener que existe -en base a sus antecedentes- “un peligro cierto de fuga”. Además, recordaron la gravedad de los hechos que se le imputan.

“Conforme al requerimiento fiscal, a Juan Carlos Jesús Benedicto se le imputa la supuesta participación en los grupos de tareas o grupos operativos (“patotas”) del centro clandestino de detención que habría funcionado en el Arsenal Miguel de Azcuénaga y desde esa posición se le endilga su supuesta participación en la llamada “lucha antisubversiva” que se habría desarrollado en esta provincia, en la que habría constituido un eslabón en la implementación de un plan criminal y habría cumplido órdenes de represión clandestinas e ilegales, dentro de un dispositivo represivo”, argumentaron los jueces en la resolución que fue firmada el 3 de agosto pasado.

Por su parte, el fiscal General Subrogante, Leopoldo Peralta Palma, opinó que la “autorización solicitada constituye un nuevo ardid del imputado”. Recordó que Benedicto fue declarado rebelde en el proceso por haberse fugado el pasado 11 de diciembre de 2011 de una institución siquiátrica en la que se encontraba por supuesto intento de suicidio.

“Existe una investigación judicial por su evasión en la que están imputadas 19 personas de su entorno familiar, del instituto siquiátrico y de la Policía Federal Argentina; como consecuencia de tal fuga, se sancionó a personal de la Policía Federal, se dio intervención a organismos nacionales e internacionales en su búsqueda y se estableció una recompensa de cien mil pesos ($100.000) para dar con su paradero; finalmente fue detenido en Asunción, Paraguay”, agregó.