El incendio afectó varios espacios comunitarios, la habitación de un sereno, motores de bombeo de agua, elementos de cocina, herramientas, papeles y hasta árboles circundantes, sin tener que lamentar heridos.
Aquel día, Sandro Jiménez, el presidente de esa comunidad fue a la comisaría en la ciudad salteña de Orán para denunciar el hecho. Según los indígenas, la policía no se la recibió con la excusa de que no había testigos del incendio y que no podían inspeccionar el lugar del siniestro por falta de personal.
El 28 de diciembre, otros referentes de la comunidad volvieron a la comisaría y como la policía se negó nuevamente a tomar la denuncia, se presentaron ante la Fiscalía de turno de Orán. Recién entonces la policía accedió a tomar la denuncia.
Este hecho se da en el marco de una disputa territorial con una empresa transnacional que maneja al Ingenio Tabacal, "que nunca ha cesado de amedrentar a esta comunidad compuesta por familias campesinas indígenas que viven de lo que producen esas tierras", sostuvieron.
"Está claro que el incendio fue producido para causar daño, no han robado nada, pero la comunidad perdió todas sus instalaciones. También está claro que fue un hecho planificado, fue la única noche del año que no estaba el sereno. Responsabilizamos de cualquier situación al estado municipal y provincial para que arbitre los medios y den seguridad a nuestra comunidad", agregaron.