La prensa española reveló que 33 militares argentinos tomaron cursos en España durante la última dictadura militar, y que se sumaron a las redes de espionaje que trabajaron sobre los exiliados en aquel país.

El diario digital "Público" difundió documentos secretos que certifican que los torturadores argentinos viajaron con la aprobación del gobierno de Adolfo Suárez (1976-1981) y que se alojaron en las instalaciones del ejército español entre 1976 y 1983.

La información relata que algunos de los militares argentinos se integraron en la red de espionaje que trataba de controlar en aquellos años a los exiliados argentinos y contrarrestar las denuncias internacionales contra el régimen de Jorge Rafael Videla.

Entre ello estuvo el marino Carlos José Pazo, uno de los torturadores que prestaba funciones en el campo de concentración de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).

El centro de operaciones era la embajada de Madrid y contaba con sucursales en otras ciudades como Barcelona, Bilbao o Cádiz. Según los documentos citados por el diario digital, el gobierno de Suárez habría concedido pasaportes y licencias de armas a los diplomáticos argentinos.

En tanto, la formación fue correspondida por parte del gobierno de Suárez con el envío de 14 militares españoles a Buenos Aires.