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Caso Quijano: una historia para recordar

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La policía buscó en varios puntos de la provincia al taxista. Foto de El Siglo. Ampliar
El Caso Quijano, como se conoció en los medios de comunicación estuvo atravesado por tres dimensiones; la política, la legal, y la mediática. En el medio quedaron, familiares y amigos con inmenso dolor. Una de ellos es Fátima Quijano, hermana menor de Pedro. (Crónica de Luciano Polo-durante taller de periodismo en la Asociación de Prensa de Tucumán)

El taxista Pedro Nicanor Quijano de 53 años desapareció la madrugada del 20 de mayo de 2011 en San Miguel de Tucumán.  Al siguiente día la policía confirmó que el Fiat Palio que manejaba fue encontrado en la comuna Manuela Pedraza, Departamento Simoca sin la radio, el estéreo, ni papeles. El 28 de mayo encontraron estos elementos, y tres personas fueron detenidas. El cuerpo fue encontrado en San Javier, el 1 de junio.

 El 13 de noviembre de 2012 José Víctor Hugo Mena (“El loco Amín) fue condenado a 22 años de prisión como autor del homicidio.

Amor de hermano

Apenas comienzo a hablar con Fátima entiendo que, el asesinato de su hermano, la llevó a aprender sobre el léxico legal, juzgados, fiscalías y comisarías, a hablar con abogados, jefes de homicidios, policías, peritos etc. y queda  claro que tiene un gran conocimiento práctico del tema.

Sus manos temblaban aquella primera madrugada de junio, sin permitirle marcar el número que la comunicara, directamente, con la persona que acababa de decir en televisión que habían hallado a su hermano. Sin decir nada más, sólo que lo habían encontrado.

Omar Nóblega, conductor del programa de tv “Los Primeros” recibió una llamada a las 06:30, mientras manejaba su auto hacia Canal 10, aquel primero de junio de frío y neblina en Tucumán. “Una fuente muy confiable me aseguró que habían encontrado el cuerpo de Quijano, y con esa noticia abrí el programa. Dar ese anticipo a mí me trajo algunos problemas. Otros medios y colegas no me creían, y negaban lo que yo había dicho.  Al aire lo volví a repetir diciendo que me hacía cargo de lo que decía”.

“Cuando Omar me atendió, me preguntó que sabía yo, y qué me había dicho la policía” me cuenta nerviosa, elevando el tono de voz,  como reviviendo el momento, “le dije que no sabía nada, que me acababa de enterar por él en su programa, que por favor me diga la verdad, y ahí me contó. En el mismo momento en Canal 8 lo desmentían, y después salió Racedo, (el jefe de la policía) a negarlo. Tiempo después le agradecí a Omar, y le pregunté cómo se enteró, me contó que antes de ser periodista fue policía, y que tenía algunos contactos”.

Alrededor de las once de la mañana el gobernador Alperovich confirmaría el hallazgo en los medios, dejando a Racedo en un lugar entre la inocencia y la inoperancia.

“A mi hermano en realidad lo encontraron a las 00:30 am, lo sabemos porque a esa hora la llamaron a mi cuñada para peguntarle que ropa tenía puesta la última vez que lo vimos, y le negaron haber encontrado algo, después a la mañana me doy con eso”

Tres días antes el grupo CERO comenzó a buscar a Pedro Quijano en San Javier, luego de que uno de los detenidos confiese que cerca de ése lugar podría estar.

“Sé que ése 31 de mayo a la noche Hugo Cabezas, jefe de homicidios, un colaborador y Mena (el imputado) fueron hasta el lugar para que éste dijera exactamente dónde tiraron el cuerpo del Negro“. Sus ojos verdes me miran firmes mientras me cuenta los detalles, como si revisara una película en su mente que conoce de memoria y que nunca olvida.

“500 metros antes de la ciudad universitaria mas o menos se detuvieron, buscaban una imagen de un san expedito o algo similar, como referencia. Apenas se bajó el jefe de homicidios pisó una billetera,  de esas que usan los taxistas. Y después de hacer unos pasos encontró una zapatilla. A partir de ahí hablaron con el grupo CERO y se fueron”

¿Dónde está “El Taxista”?   

Mientras estuvo desaparecido los medios deslizaron diferentes hipótesis, desde que se había ido con una mujer familiar del imputado (crimen pasional) hasta que podría haber hecho viajes para personas que vendían droga.

“El abogado nos decía que no podía ser pasional, porque en ésos casos se actúa en el momento y sin pensar. Lo de mi hermano fue un robo, quisieron robarle el auto para “desguasarlo” y vender las partes y se les quedó el auto en la ruta, por eso lo abandonaron ahí”.

En ése horrible momento en que Pedro estaba desaparecido, donde hasta las propias ideas y reflexiones que les pasaban por la cabeza a los familiares eran aterradoras, tener que convivir con los medios diciendo cualquier cosa, hizo el proceso mucho más confuso y difícil.

Y el papel de la policía tampoco fue estelar. Me cuanta que, exceptuando al Jefe de homicidios Cabezas y el sub jefe Gómez, el accionar de la policía parece no estuvo a la altura, una vez más.

Aquel mediodía del 20 de mayo de 2011, cuando Pedro Quijano llevaba menos de diez horas desaparecido,  su hermana y otros familiares querían hacer la denuncia a la comisaría 5ta donde no se la tomaban, porque, “debían esperar”.

Por la tarde en la Brigada le dijeron ya va a  aparecer, seguro se fue con alguna mujer”.  Esa frase la sacó de quicio y les preguntó cuánto querían para encontrar a su hermano. “Nosotros no tenemos plata, pero íbamos a sacar de donde sea” me dice firme.

-“Usted se está confundiendo señora” dijo muy tranquilo el uniformado.

-“¡No! ¡Si cuando les pagan encuentran las motos a los diez minutos!  ¡Bueno yo quiero que hagan lo mismo con mi hermano!”

Mientras me lo cuenta revive la situación, y es uno de los dos momentos en que se altera. Sus familiares la tranquilizaron. Fátima me pregunta y me explica “¿Que les costaba mandar una circular? ¿Sabes lo que es mandar una circular? Es sólo hablar x radio y decir que buscan un auto así y asá, nada más”.

 Su bronca se hace visible por segunda vez cuando recuerda que, durante la búsqueda, un policía de la comisaría 5° fue a su casa a preguntarle qué novedades tenía.

“¿Perdón? Ustedes tienen que ser los que investiguen y me traigan novedades,  y lo saqué cagando”.

Dejar de buscarlo y empezar a buscar justicia

El 1 de Junio de 2011 a las 13 hs, después de que uno de sus cuñados hiciera el reconocimiento, le entregaron el cuerpo a la familia y ese mismo día lo enterraron en el cementerio Jardín.

“Jamás vi un acompañamiento tan grande. Al cajón lo llevaban varios de sus compañeros, había muchísimos taxis.”

Los colores amarillo y negro estaban por todos lados esa fría tarde de invierno, y fueron los que abrigaron el cajón de Pedro Quijano con una bandera.

“La tarde que enterraron a mi hermano me juré no parar hasta saber quién y por qué. Y fue por eso que me encargué de seguir el expediente, tocar puertas y moverme para que saliera el juicio”.

Desde el primer momento que Fátima tomó contacto con su abogado, entendió  que el proceso judicial sería largo y trabajoso. “La única manera de que avance la causa es ir todos los días a tribunales y averiguar si avanzó, no parar de moverse nunca. Eso me lo enseñó mi abogado. Más tarde volvería a hablarme de su abogado, y casi emocionada me contaría que nunca va a poder terminar de pagar y agradecer el gesto de ése hombre “No nos cobró nada en todo el proceso, eso no lo hace cualquiera”.

Todos los días, durante un año y medio, fue a tribunales a pedir el expediente 13.907, a averiguar que avances tenía. Una mañana de tantas, Fátima se subió a su moto para conducir hasta los tribunales. Ése día sucedió algo que quedaría grabado en su mente, con cada detalle, hasta el día de hoy. El asesino de su hermano (en prisión preventiva) tenía que ir a los tribunales a que le notifiquen el cambio de abogado (de oficio) y ella se acababa de enterar. Nerviosa, se sentó a fumar en el pasillo y esperó. Cuando se acercaba, se paró y tiró su tercer cigarrillo mientras se acercaba hasta él hombre que había terminado con la vida del “Negro”, empezó a golpearlo con el casco con toda su fuerza. La actitud pasiva de los policías que lo custodiaban, le permitió que por un momento descargue toda esa bronca contenida y le dijo “Si lo que querías era robar lo hubieras dejado vivo”. Segundos después sufrió un ataque de nervios.

¿Se cierra una historia?

El 13 de noviembre de 2012 cientos de taxis cortaban las calles Congreso, Lamadrid y 9 de julio esperando el fallo del juicio oral en el que condenaría a José Víctor Hugo Mena (“El loco Amín) a 22 años de prisión como autor del homicidio en el concurso real con el delito de robo.

“No quedamos del todo contentos con la sentencia. Está bien que lo hayan condenado, pero no creemos que haya hecho todo él solo”.

La defensora de Mena, Norma Bulacios, dijo después del juicio que no habían investigado a Pablo Díaz y Luis Varela que fueron mencionados por el culpable como los que lo engañaron para involucrarlo.

EL dueño del auto y empleador de Quijano nunca se hizo cargo de las indemnizaciones hacia los hijos de Pedro Quijano.

Este trabajo periodístico responde, a la investigación y trabajo final de Luciano Polo, durante su capacitación realizada en la Asociación de Prensa de Tucumán, el año pasado.