Tucumán en la única provincia donde un sector del peronismo traccionará votos para llevar a un radical a la gobernación.

El pacto electoral entre José Cano y Domingo Amaya tuvo sus repercusiones en Buenos Aires. Mauricio Macri del PRO y Ernesto Sanz, de la UCR, lo festejaron como un triunfo propio. El sitio www.lapoliticaonline.com, cercano ideológicamente al PRO, escribió: "La concreción del acuerdo entre Cano y Amaya entusiasma a Macri y Sanz, que ya creen que pueden terminar con doce años de gobierno del alperovichismo en la provincia y mantener el control de la capital. Desde hace meses en el radicalismo sostenían que la única forma de ganar era sumando al PRO y al amayismo, por lo que ahora están convencidos de que podrán darle un duro golpe al kirchnerismo. Tan confiados están que ya calculan se quedarán con los dos senadores nacionales por la mayoría y con tres de los cinco diputados en juego".  

Menos gracias hizo el acuerdo en la Casa Rosada, que hasta último momento y con jugadores de peso intentó frustrar el pacto que tiene un particularidad,  Tucumán es la única provincia del país en la cual una facción peronista traccionará votos para llevar a un radical a la gobernación. En estricto off de record desde Salta, donde estuvo para acompañar a Juan Manuel Urtubey en los festejos por una nueva reelección, Eduardo Wado De Pedro, secretario general de la Presidencia, directamente calificó a Amaya como un "traidor". Para guardar las formas, lo hizo en estricto off de record.

Si bien en Buenos Aires la figura de José Alperovich estaba en baja luego de su temprana adhesión a la candidatura de Daniel Scioli, la jugada de Amaya le permitiría a la oposición ocupar entre dos y tres escaños en la Cámara de Diputados y ya tienen garantizado un senador por la minoría , con la posibilidad de sumar otro encaso de imponerse en la elección.