El accionar de las fuerzas nacionales de seguridad para
descomprimir los cortes que manifestantes realizaron esta mañana en Buenos Aires,
en el marco del paro convocado por la CGT, dejó en claro que el Gobierno le declaró
la guerra a los piquetes. El secretario de Seguridad Interior, Gerardo Milman,
había asegurado horas atrás que se registrarían los cortes para judicializar a
los manifestantes. También la Ministra de Seguridad, Patricia Bulrrich, había
adelantado que se desalojaría cualquier corte.
Siguiendo estas órdenes, Gendarmes avanzaron violentamente sobre
los manifestantes que mantenían cortada la autopista Panamericana y la ruta 197,
en el partido bonaerense de Tigre, y con balas de goma, gases lacrimógenos y
camiones hidrantes, liberaron el tránsito, en medio de gritos contra la
Gendarmería y el Gobierno. Como resultado de la represión, varios manifestantes
y algunos gendarmes salieron heridos y casi 200 piqueteros quedaron detenidos.
La otra estrategia del PE para combatir los piquetes, y que
fue responsable de varias escenas de violencia, fue la de registrar en los
cortes a los manifestantes para luego proceder a judicializarlos. En este
sentido, se vio a muchos gendarmes fotografiando las patentes de los autos que
participaron del piquete, como también a sus ocupantes, antes de dejarlos
retomar la circulación.
“Se filmará a todos los manifestantes para judicializarlos, ya que se los va a acusar de impedir la libre circulación”, advirtió Milman.