En esa oportunidad, los parlamentarios le solicitaron explicaciones a los empresarios de AETAT del por qué no se cumple la normativa provincial Nº 7811 (Accesibilidad al Transporte Público), que estipula la adecuación de las unidades para garantizar la accesibilidad al transporte público para personas con capacidades diferentes. El problema, había descripto Orell, está en las características que deben reunir: deben ser de piso bajo con rampas de acceso extensible situadas bajo la puerta de acceso, pudiéndose optar por un elevador para silla de ruedas o sistemas diseñados para tal fin. En estas unidades además, el motor suele estar concentrado en la parte trasera. “La ley es de muy difícil cumplimiento por varios motivos: la difícil topografía de la provincia, el clima y la crisis económica”, había justificado en ese momento.
No obstante, esta semana, y sin ninguna modificación profunda aparente de las calles de la ciudad y muchos menos del clima tucumano, 3 líneas de ómnibus estrenaron colectivos con estas características. Se trata de 34 colectivos de las líneas 10, 7 y 5, que se sumaron a las unidades que la línea 19 ya tenía en funcionamiento.
“Recién este año se están comenzando a equipar la flota con estas unidades”, reconoció Miguel Villagra, gerente de la empresa ByV (línea 19), quien aclaró además que la flota de vehículos adaptados, en términos porcentuales, no alcanza ni el 10% de los casi 1000 que comprende el parque automotor de la provincia. Muy lejos del 50% que exige la normativa vigente desde el 2006.
En este marco, Villagra aclaró que habrá que “solucionar los problemas de paso, ya sea por pozos, baches, calles de tierra y badenes” para que las demás líneas incorporen este tipo de unidades. “La línea 10 licitó una oferta del 100% de sus unidades de piso bajo, la línea 12 va por el 50% también y nosotros tenemos todas nuestra unidades con piso bajo. Es una cuestión de de solucionar el tema de los recorridos”, agregó.
En vistas a esta situación, surgen las siguientes interrogantes: ¿La ciudad se reformó de manera tal que los coches ahora sí pueden circular libremente? ¿Era meramente una cuestión económica? ¿Soportarán los vehículos o finalmente se fundirán como aducían desde AETAT?
