El “feminista menos pensado” –como definió la titular del Instituto Nacional de las Mujeres, Fabiana Tuñez, a Mauricio Macri– se pronunció públicamente en contra de la legalización del aborto; tiene sólo 2 mujeres entre los 22 ministerios de su gabinete; decretó este año un reordenamiento de cargos políticos que implica una caída del 18 por ciento de la participación de las mujeres en el Estado y redujo el presupuesto de 2018 para combatir la violencia de género. Un informe del ex diputado y abogado laboralista Héctor Recalde demuestra que en el pasado reciente, tanto Macri como la mayoría de los integrantes de su partido han llevado adelante una extensa y coherente trayectoria de resistencia frente a distintas iniciativas legislativas impulsadas y reclamadas por el movimiento feminista: el PRO protagonizó el rechazo a la ampliación de las licencias por paternidad o a los proyectos de equiparación salarial y creación de la licencia por violencia de género. Entre su pasado y su presente, más que un “feminista impensado”, el del Presidente se parece, como mínimo, a un “feminista invisible”. Invisible como el crecimiento económico que anunció el 1 de marzo en la apertura de sesiones del Congreso.
El giro discursivo de Mauricio Macri para surfear la ola de
la multitudinaria movilización que copó en las calles el 8M choca contra más de
una década de posiciones políticas del PRO, tanto a nivel nacional como en la
jefatura de Gobierno porteño, y una serie de decisiones del gobierno de
Cambiemos que pese a los anuncios mediáticos significan un retroceso en materia
de igualdad de derechos.
Ya en 2006, a poco de su creación como partido nacional bajo
el nombre PRO, el macrismo era una de las principales fuerzas políticas que
enfrentaba en el Parlamento el avance de los derechos de la mujer. El informe
elaborado por Recalde, ex jefe de la bancada del FpV y ex presidente de la comisión
de Legislación del Trabajo, destaca que en la sesión del 29 de noviembre de ese
año se dio tratamiento al proyecto que entre otros contenidos preveía: “ampliar
la licencia por paternidad a 15 días, protección en el empleo para el padre,
licencia y protección en el empleo para adoptantes, ampliación de las licencias
para los supuestos de parto múltiple y otorgamiento de guarda con fines de
adopción múltiple”. Preveía también el derecho de la mujer de, finalizada la
licencia por maternidad, reincorporarse al empleo reduciendo hasta la mitad su
jornada normal de trabajo y su remuneración. Macri era diputado y se ausentó de
la sesión (como la mayoría de ellas), igual que sus compañeros de bloque Paula
Bertol, Eugenio Burzaco, Federico Pinedo y Pablo Tonelli. El único macrista que
estuvo presente fue el ahora senador nacional Esteban Bullrich. ¿Cómo votó? En
contra. Dos años después, ya sin Macri en el Congreso se intentó volver a
avanzar con esa iniciativa y fue Pinedo quien manifestó su rechazo por tratarse
de “una intromisión importante en el poder de decisión del empleador”. Con un
criterio similar el diputado macrista Julián Obligio firmó el dictamen
disidencia parcial en 2013.
En ese mismo año, la comisión de Legislación del Trabajo
dictaminó un proyecto de ley por el cual se establecía que “toda trabajadora
víctima de discriminación salarial motivada en su condición de mujer tendrá
derecho además de la equiparación salarial debida y de las diferencias
salariales devengadas a una suma igual a dichas diferencias a cargo del
empleador, y de los obligados solidarios si correspondiere, en concepto de
indemnización”. Obligio, representante del PRO en la comisión, emitió un
dictamen de “rechazo total” al proyecto, con la excusa de que iba a “aumentar
la litigiosidad y crear normas que en definitiva discriminen aún más a la mujer
respecto del hombre en su condición para obtener un empleo”.
Justo esos tres antecedentes de resistencia legislativa son
los que ahora el macrismo trata de plantear como iniciativas propias que
enviarán al Congreso para darse un lavado rosa (pinkwashing), estrategia para
mostrarse como progresistas, modernos y tolerantes. “Rechazamos el uso
oportunista de las licencias parentales y de la referencia a la brecha salarial
por parte del Gobierno en el contexto de despidos masivos y de la reciente
sanción de la reforma previsional neoliberal”, plantearon las mujeres en el
documento consensuado y difundido para el 8M. Entre otras cosas, la reforma
previsional significó una ampliación de la edad jubilatoria para las mujeres y
un cambio a la baja en la fórmula de actualización de los haberes, que alcanza
también a la Asignación Universal por Hijo. Este cambio afecta especialmente a
las madres que son jefas de hogar.
Es decir que la postura del macrismo en contra del avance de
la mujer no se agotó en el Congreso ni quedó en el pasado. El documento del 8M
rechaza la disolución del Plan Ellas Hacen y la suspensión del Seguro de
Capacitación y Empleo (SCyE) que perjudica especialmente a las personas
travestis/trans, entre otras medidas de la gestión Cambiemos. Según un carta
firmada a fin del año pasado por referentes del Equipo Latinoamericano de
Justicia y Género (ELA), Fundación Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM),
Mujeres en Igualdad (MEI), ACIJ, Caref y la Fundación Siglo 21, el Gobierno de
Mauricio Macri redujo en términos reales, casi 30 millones de pesos el
presupuesto destinado a luchar contra la violencia machista.
Paridad de género
El Centro de Implementación de Políticas Públicas para la
Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), una de las ong cercanas al PRO y una de las
principales proveedoras de cuadros técnicos y políticos al gobierno nacional,
elaboró un informe donde señala que el decreto 174/2018 implica un retroceso
importante en la participación de las mujeres en el Estado. “Desde una
perspectiva de género, se advierte que del total de 99 secretarías y
subsecretarías que se eliminan con la vigencia del nuevo decreto, 24 se
encontraban en manos de mujeres. Esto significa, en términos absolutos, una
caída de casi un 50 por ciento en la cantidad de mujeres designadas como
autoridades superiores, reduciendo la presencia de 51 mujeres secretarias y
subsecretarias a un total de 27”, dice el informe. Además, señala que si bien
hoy más de la mitad de los empleados del Estado nacional son mujeres (52 por
ciento, excluyendo a la policía y las fuerzas armadas), su presencia se
concentra en la base de la pirámide de los ministerios y organismos. Por
último, en comparación con CFK, que durante su segundo mandato designó un 16
por ciento de mujeres en cargos ministeriales, Macri en sus primeros dos años
de gestión designó un 11 por ciento.
Por otra parte, la ley de paridad de género aprobada a fin
del año pasado contó con mínimos rechazos. En el Senado, los únicos dos que
votaron en contra fueron de Cambiemos: el presidente provisional, Federico
Pinedo, y el independiente cordobés, Ernesto Martínez. En Diputados pasó algo
similar, sólo cuatro votos fueron en contra, tres de Cambiemos; Nicolás Massot,
el jefe de bloque PRO, y otro integrante de la mesa chica del macrismo, Pablo
Torello. Además del radical Héctor Roquel y Pablo López, del Partido Obrero.
Aborto legal
Otra de las banderas centrales de la multitudinaria
movilización del jueves fue la legalización del aborto seguro, libre y
gratuito. Si bien hay algunas voces a favor como las del diputado Sergio Wisky
o Daniel Lipovetsky, en el macrismo es mayoritaria la posición en contra, tanto
de legisladores nacionales como de máximas figuras del Gabinete Nacional y de
los gobiernos bonaerense y porteño. Como antecedente más claro, en 2012 el
entonces jefe de Gobierno porteño vetó la ley que establecía el protocolo de
aborto no punible, imponiendo su voluntad por sobre la de la Legislatura de la
Ciudad y en contradicción con lo que había fallado la Corte Suprema de
Justicia. Ahora el Presidente dijo que no obstaculizará el debate en el Congreso,
aunque algunos actores de Cambiemos como la UCR plantean propuestas dilatorias
como el llamado a una consulta popular o el traslado de las comisiones a las
distintos puntos del país para “escuchar todas las voces”.
Todo este escenario sin mencionar las históricas frases
machistas de Mauricio Macri como cuando en el año 2000, consultado sobre un
eventual cargo político para su hermana Sandra, le respondió a la revista
Noticias que “una mujer no tiene otro destino que el de estar educando a sus
hijos”. O cuando en 2014 dijo que “a toda mujer le gusta que le digan piropos
aunque les digan qué lindo culo tenés”.
Durante su discurso del último jueves, cuando Tuñez lo bautizó “el feminista impensado”, Macri aseguró: “No podemos permitir que la mujer gane menos que un hombre, no tiene sentido, no tiene explicación”. Explicaciones hay varias. Una ineludible es que él y su partido siempre estuvieron en contra de las iniciativas que intentaron corregir esas injusticias. (Fuente: Página12)