Alberto Núñez, el “Petiso” Núñez, no la tiene fácil contra una enfermedad maldita, que se transformó en un gigante en la zona pintada contra el que Albertito batalla. Y la mano viene fule. Hay algo dentro de los que lo conocimos que no está bien, una angustia que paraliza, que pesa, que provoca preguntas, que afecta enormemente.

Laburó desde los 14 años, saliendo de su Villa Alem con toda la polenta para buscarse el mango y no retrocedió ante las oportunidades de más y más tareas. Así se ganó el respeto, así se consolidó, así creció y así es como lo tenemos presente.

Alberto no dejó de trabajar nunca, fue un hijo comprometido, es un hermano presente, y un padre como pocos: sus hijos son su debilidad y por ellos golpeó todas las puertas que debía. Mediocampista ofensivo (de buen pie, según sus palabras) Albertito vio fútbol del bueno y siguiendo esa lógica se apasionó por Independiente, aunque el reconocimiento nacional, en lo profesional, le llegó a través del básquet. Le puso su sello y relató con el corazón.

Recorrió el país y fue la voz de los tucumanos fanáticos de la pelota naranja. Diario El Pueblo, diario Noticias, LV 7, La Gaceta, Presidencia de la Nación, Radio Nacional, entre tantos medios, lo disfrutaron y contaron con un trabajador pasional, serio, equilibrado, bien informado.

En Buenos Aires, y por más de diez años, ayudó a cientos y jamás olvidó su tierra. El 16 de febrero de 2012 intentamos absorber juntos un golpe inesperado, de los más injustos de la vida. Con vos, con Guido Sebastián Ferreira y toda la banda de Radio Nacional lloramos incrédulos, desorientados, lo de Amalia Chaia. Recuerdo que fuiste el primero en saber sobre su embarazo; te contó a vos porque te ganaste su respeto, su confianza. Hoy su partida sigue doliendo. No te vayas vos tampoco.

Tu segundo nombre nunca te gustó, por eso te digo Anselmo querido no aflojes. Y no te enojes en serio te pido porque simplemente lo hago para que reacciones. En fin, no hay problema dame una puteada por lo bajo que está todo bien. Como patentaste Petiso en cada noche de básquet, con más de 40 campeonatos Argentinos en el lomo, hoy te digo: “Aguantate corazón”.

Uno de quienes mejor lo conoce, Eduardo Herrera, trabajador de prensa, compañero de muchos años de Alberto Núñez, dejó sus impresiones en un momento tan triste: “A Alberto lo conozco desde antes de trabajar juntos. Siempre hubo respeto mutuo y admiración. Recuerdo que un 23 de setiembre de 2000 cuando Belgrano asciende, en esa noche de tormenta, que no olvido jamás, al final de esa transmisión Alberto elogió la transmisión y tuvo palabras de afecto hacia mi persona, por la tarea realizada. Compartimos muchas noches, mucho básquet".

"Rescato su generosidad, es una persona muy abierta y muy dada. Alberto es un hermano de la vida. Mi familia lo quiere como alguien más de nosotros. Alberto ha sido y es un hombre muy valioso. Anécdotas tenemos miles, todas hermosas. Su pasión por el básquet lo hizo conocido, y el respeto de la familia fue otro sello de él para quienes lo conocemos y queremos”./Walter Alú - secretario Adjunto de la APT