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El 78% de los empresarios textiles augura un 2019 para el olvido

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Foto: ambito.com Ampliar
Surge de una encuesta de la Fundación Protejer en donde anticipan que las ventas bajarán o se mantendrán estables este año con respecto a 2018. Desde 2015 la industria textil sufrió una contracción del 27,7%.

El sector textil continúa hilvanando una serie de datos negativos en un contexto que desde hace tiempo sigue los patrones de una “tormenta perfecta” que sacude a las empresas. En 2018, el 89% de las empresas sufrió una caída de las ventas en comparación con 2017, y para este año el panorama aparece sombrío ya que el 45% no espera cambios en sus ventas y un 33% cree que sufrirá una nueva caída, tal como surge de la encuesta anual realizada por la Fundación Protejer.

En el mismo relevamiento, el 66% de las empresas manifestó haber empeorado su desempeño en 2018. En ese sentido, de hecho, en noviembre pasado la actividad del sector se redujo un 32,2%, acumulando en el año un 13,6% de caída con respecto a 2017, según los datos del EMI-INDEC. Además, al comparar el nivel de actividad del tercer trimestre de 2018 contra el mismo periodo de 2015, la industria textil sufrió una contracción del 27,7% y del 19,2% en el sector de confección de prendas de vestir. Si se compara contra el tercer trimestre de 2011, los números son peores con una caída del 37,3% y del 31,7%, respectivamente.

Para los empresarios los factores que inciden en la contracción del sector en 2018 son la caída de las ventas al mercado interno (para el 28,4% de los consultados), el deterioro de la actividad económica nacional (12,1%), el aumento del costo de las materias primas e insumos (10,6%) y el incremento de las tarifas energéticas (9,2%). “El principal problema es la caída del consumo. Estamos hablando de empresas que la mayoría vende al mercado interno, con lo cual la pérdida de poder adquisitivo de la gente, termina impactando en la caída del consumo que hace que caigan las ventas”, explicó Julieta Loustau economista jefe de la Fundación Protejer.


En esa línea, el empresario textil Marco Meloni, quien por primera vez en 30 años paró por completo la producción en su tejeduría de hilado, contó una anécdota en primera persona: “Con el intento de recuperar clientes, retomé una lista de 2015 con 75 clientes. De esos, 25 lo tengo actualmente y 20 cerraron. Es decir, que el 30% de los clientes que tenía hace tres años ya no se están dedicando a la fabricación de tejido”.

Ante este panorama de caída en las ventas, las empresas apelaron a recetas ya conocidas: reducción de horas de trabajo, despidos, adelanto de vacaciones y cambio en la oferta de productos. Un 60% de las empresas redujo su dotación de personal durante 2018, contra solo un

4,3% que aumentó su número de empleados y un 35,7% que no alteró la cantidad de empleados.

Con un 2019 en donde se espera un comportamiento sumamente heterogéneo de la industria a nivel global, los empresarios textiles son más bien pesimistas. Por caso, el 53% de los consultados por Protejer espera despedir personal, mientras que un 50% asegura que disminuirán las horas trabajadas. Al respecto, Loustau advirtió que “si no tenés ventas, ya no sirve la estrategia de reducir horas o reducción de personal, y el empresario tiene que pensar qué hacer”.

En base a datos del SIPA para empleos registrados, Protejer informó que se perdieron más de 17.000 empleos registrados desde octubre de 2015, aunque esa cifra se eleva a 35.000 si se considera la pérdida de puestos de trabajo no registrados, principalmente en la confección. Por Guillermo Gammacurta, AMBITO