El año pasado, la Iglesia Catedral encargó a Cristhian Rivadeneira, un importante artesano en el mundo de la vitrofusión, la creación de cuatro nuevos vitrales para el templo. La idea de esta obra de arte es que quienes la visiten puedan conocer la historia de la Virgen Inmaculada, a través de imágenes. 

Cristhian, nació en San Miguel de Tucumán, estudió odontología pero al poco tiempo descubrió su gusto por los vitrales. Es autodidacta, tuvo la oportunidad de estudiar con grandes profesores de nuestro país y luego viajó al exterior para perfeccionar sus técnicas. 

“Estudiaba odontología, con el tiempo descubrí el gusto por este arte. Soy autodidacta pero comprendí que era necesario estudiar y por suerte lo hice y tuve grandes profesores aquí en Argentina. Luego me fui al extranjero donde me perfeccioné en pintura”, señaló el artista, y  agregó, “que la creación de los  vitraux  se está perdiendo en el norte argentino y que hay muy pocos que la practican seriamente”.

Durante la entrevista, el autor, remarcó a primerafuente, que los cuatro ventanales, que adornan el templo más importante de la “Perla del sur”, son los primeros del norte donde se destaca la importancia de los rasgos culturales de esta región.

“Fue una experiencia muy linda hacer estos vitrales. Además, son los primeros del norte que guardan la impronta de la cultura de nuestra etnia. Contar la historia de la Virgen de la Inmaculada Concepción, mezclando el pasado con el presente, con personajes reales y tomando como base nuestras raíces norteñas fue un gran desafío”, valoró.

Para Rivadeneira, crear una ventana de vidrio no es algo sencillo ya que lleva mucho tiempo,  precisión y cuidados. Sin embargo,  para lograr que el trabajo quede como la había pensado, la luz juega un papel fundamental.    

“Un vitral es una forma de expresión, se necesita de luz para que cobre vida. Trato de materializar la idea en un elemento que es algo rígido tomando como fuente a la luz, que es necesaria para que tenga vida, y que la convierte a la obra en algo mágico”, explicó. 

El artista tucumano padece desde hace 14 años una delicada enfermedad. Si bien se define como un católico no practicante, este trabajo sobre la Virgen le significó de gran importancia, casi como un milagro,  para mejorar su salud.

“Hace años que vengo afrontando un problema oncológico. Meses atrás me aparecieron unos nódulos justo en el tramo que comencé con elaboración del vitral. Fue todo un sacrificio porque tuve altibajos en mi salud. No obstante, tuve la fuerza para seguir adelante y culminé con el trabajo y con noticias más que positivas en lo que se refiere a mi enfermedad. No soy practicante pero creo que la Virgen me ayudó mucho y sentí ese poder sanador porque me encomendé en ella. La parte de las emociones son las más sanadoras, dicen los médicos”, concluyó.