Al aire de Radio Prensa, la funcionaria subrayó que “a pesar
de que nadie estaba preparado para la enseñanza virtual, a lo largo del ciclo
se fueron corrigiendo los procesos de enseñanza, se fue ajustando la
planificación de acuerdo a las necesidades que fueron surgiendo y el docente
fue mejorando. Aprendieron a utilizar los medios tecnológicos, a dar clases por
celular y los alumnos a recibir y participar de las enseñanzas”.
Al realizar un balance del rendimiento académico en las
escuelas municipales, explicó que al existir un nivel de conectividad del 90%, casi
la totalidad de los docentes y estudiantes pudieron avanzar con el dictado de
clases con normalidad. “Los resultados fueron muy satisfactorios”, relató.
Sin embargo, más allá de los datos positivos de la
virtualidad, Chasampi resaltó que la presencialidad jamás podrá ser reemplazada,
ya que “el vínculo que se crea entre el docente y los alumnos con la presencia
no se puede lograr a través de la virtualidad”.
En cuanto al calendario de exámenes finales para completar
materias del secundario y materias previas, luego de afirmar que “la fecha nos llegó
de manera sorpresiva” (inician la próxima semana), consideró que “no será nada fácil”
para los estudiantes rendir en una modalidad virtual, sobre todo a aquellos que
rinden ante un tribunal (materias previas).
Sin embargo, el principal problema -sostuvo- surge en
aquellos hogares donde no cuentan con los medios tecnológicos necesarios y
acceso a internet. Para estos casos, Chasampi señaló que los equipos
pedagógicos recomiendan que se debe llegar a esos alumnos con las consignas a
desarrollar por los medios que sean necesarios. “Sea por sobre cerrado o por teléfono,
se les debe dar la posibilidad para que puedan llegar a rendir”, agregó.
Además, para resolver este problema, sugirió una curiosa
posibilidad: que entre compañeros se presten los celulares para rendir e
incluso deslizó que hasta pueden rendir en las plazas públicas donde hay red
wifi.
Por último, la funcionaria subrayó que “la virtualidad desnudó que hay mucha desigualdad”. En este sentido, indicó que la falta de conectividad generó una brecha muy grande entre los que tienen acceso a los contenidos virtuales y los que no; y que por otro lado, también hubo una marcada desigualdad en las posibilidades de acompañamiento de los padres. “Hay muchas familias que no están preparadas para acompañar en la enseñanza de sus hijos. No es una tarea fácil la que están haciendo”, sentenció.