Duro cuestionamiento de la Iglesia al Gobierno por el caso Abigail

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"El Estado no estuvo a la altura de los hechos, también son formas de violencia el silencio, el abandono y la complicidad", advirtió el Arzobispado de Tucumán.
El crimen de Abigail Riquel, la niña de 9 años cuyo cadáver fue encontrado el domingo en un descampado  y el posterior linchamiento de su asesino, acorrala a Juan Manzur.

Abigail, quien vivía en un barrio muy humilde, fue hallada asesinada el domingo pasado en la zona norte de San Miguel de Tucumán, detrás de unos enormes montículos de tierra que se formaron con la apertura de una calle en el lugar.

Después de tres días de una intensa búsqueda de parte de los vecinos, José Antonio Guaymás (25), alias "Culón", principal sospechoso del asesinato de la niña, fue sorprendido por los vecinos en el barrio 240 Viviendas, ubicado en El Manantial, al sur de la capital tucumana y lejos del descampado donde fue hallada Abigail.

"Señores policías, disculpen las molestias pero nos están matando", decía el mensaje de una pancarta que fue colocada en la puerta de la sede policial, luego que fueran los vecinos quienes tras tres días de búsqueda encontraran al asesino de Abigail.

Quien lo encontró no fue la policía tucumana sino un grupo de personas que, antes de entregarlo a la fuerza policial, lo desnudaron, lo golpearon con los puños y le patearon la cabeza cuando estaba en el suelo, causándole la muerte.

Guaymás había salido hace menos de diez días de la cárcel y contaba con numerosos antecedentes, entre ellos al menos diez intentos de robo.

"Tuvimos que hacer justicia con manos propia y les advertimos a los que ataquen a nuestro niños que les pasará lo mismo", aseguró uno de los agresores a la prensa al justificar el accionar de las personas, que en algunos casos se movilizaron en caballos. "Señores policías, disculpen las molestias pero nos están matando", decía el mensaje de una pancarta que fue colocada en la puerta de la sede policial, en tanto que gritaban: "¡el pueblo unido jamás será vencido!".

Ante el escándalo internacional, la Rosada reclamó a Manzur y Capitanich por los crímenes de las policias provinciales

El linchamiento conmocionó a la sociedad tucumana y hasta el Arzobispado de la provincia emitió un durísimo comunicado.  "Pedimos a las autoridades en los tres poderes del estado a resolver con lucidez, responsabilidad y con acciones concretas el problema de la inseguridad, la violencia, la impunidad y la injusticia que vienen acaeciendo en nuestra provincia", dice el texto firmado por el arzobispo Carlos Alberto Sánchez, que agrega: "El Estado no estuvo a la altura de los hechos, también son formas de violencia el silencio, el abandono y la complicidad."

Críticas similares expresaron desde la oposición. La ex candidata a gobernadora de Cambiemos, la senadora radical Silvia Elías de Pérez, advirtió sobre el "peligro" que representa el desborde de las instituciones.

Pese a la inacción de la policía tucumana, que ya venía acumulando cuestionamientos a nivel nacional, Manzur mantiene al ministro de Seguridad, Claudio Maley y salió a ratificarlo este jueves en su cargo.

Manzur dijo que condena "todos los hechos de violencia", incluida la "justicia por mano propia". La respuesta fue rápida: los hashtag #RenunciaManzur y #ManzurDaLaCara fueron tendencia nacional en Twitter.

En Tucumán no entienden por qué Manzur mantiene a Maley, que ya le había ocasionado problemas políticos a nivel nacional en mayo, cuando la policía tucumana mató brutalmente a Luis Espinoza, un trabajador rural que estuvo una semana desaparecido tras un operativo policial.

La indignación que causó entonces el accionar de la Policía derivó en reclamos incluso del vicegobernador, Osvaldo Jaldo.LA POLÍTICA ON LINE