La ex Supervisora Andrea Miguel pasó de denunciar al
gobierno por supuestas maniobras irregulares en la designación de cargos, a
enfrentar ella misma una investigación administrativa y cada semana que pasa se
dan a conocer nuevas denuncias en su contra.
En primer lugar, la exsupervisora fue denunciada por falsificar
certificados médicos para realizar viajes de placer por el mundo. Esta
acusación le habría costado el cargo que ocupaba en Educación y que fue el
desencadenante de su enfrentamiento público con el gobierno a quien denuncia de
perseguirla políticamente.
Dicha investigación habría sido impulsada por las denuncias
realizadas por directoras pertenecientes a su agrupamiento y zona de
supervisión, quienes habrían manifestado su total falta de gestión durante el
transcurso del Ciclo Lectivo 2018, específicamente en fechas cercanas al inicio
del receso invernal, en donde es más palpable la necesidad del acompañamiento
de las autoridades educativas para planificar la segunda parte del año.
Según transcendidos, Miguel se habría ausentado de sus funciones
por haber realizado un viaje de ocio a Estados Unidos, lo que motivó a las
autoridades a realizar las acciones pertinentes para verificar, o no, si esta
situación era real.
Recientemente, una directora de una escuela secundaria de
nombre Patricia Guerra dio a conocer el caso en su cuenta de Facebook. Allí
consta, que, de acuerdo a la información proporcionada por la Dirección
Nacional de Migraciones del Ministerio del Interior, Miguel se encontraba
fuera del país entre los meses de junio y julio del 2018, fecha para la cual
habría iniciado trámites administrativos para justificar sus ausencias con
excusas médicas. Según Guerra, las licencias cuyo origen investigan, las habría
utilizado para justificar su ausencia mientras se encontraba de vacaciones en Disneylandia, en
momentos en los que debería haber estado planificando junto a los docentes el desarrollo
de clases de la segunda mitad del año.
A raíz de esta situación, desde el Ministerio le habrían exigido
explicaciones y al no encontrar satisfactorias sus respuestas, la separaron de
su cargo como supervisora, lo que para Miguel fue tomado como “persecución
política”, luego de que ella misma denunció ciertas irregularidades por parte
de las autoridades.
“Estas actitudes van en contra de lo que se espera de
cualquier docente, y sobre todo de alguien con jerarquía como una supervisora,
que en varias oportunidades se expresó en forma pública y privada de manera
desequilibrada y violenta contra autoridades y colegas del ámbito educativo”, cierra
la publicación de Guerra.
Esta última denuncia sobre las actitudes de Miguel tiene correlato
en la versión de una madre de la Escuela Secundaria Congreso de la Capital, que
asegura que la exsupervisora solía maltratar a los docentes que se encontraban
bajo su supervisión.
Sandra Brito, quien sostiene ser madre de una egresada de la
institución que pertenece a su agrupamiento, relató en su cuenta de facebook
una serie de situaciones que presuntamente se vivieron dentro de la escuela: “Soy
madre de una alumna egresada de la Escuela Secundaria Congreso de Tucumán.
Quiero expresar que la ex supervisora Andrea Miguel es una persona que hizo
mucho daño. Yo vi y escuché sus gritos, malos tratos y humillaciones a la
directora de la escuela y también como nos arruinó la cooperadora como si
estuviera empeñada en destruir el edificio. No nos dejaba tocar la plata para
hacer ningún arreglo ni mejora, siendo que todas las aulas tienen ventiladores
y aire acondicionado por cómo trabajamos con mucho cariño.”
A su vez dijo que “se cansó de poner nerviosa y atacar a la directora en presencia de otras personas, se maneja a los gritos y no respeta a nadie. Ahora la veo en la tele hablando mal de la escuela donde estudió mi hija y a la que ella le hizo y le hace tanto daño. Tenga vergüenza, hágase cargo y cállese señora Andrea Miguel, deje de mentir y hacer política con la educación”.