"Tenemos alguna respuesta en el marco de la desobediencia judicial y sobre todo en la creación de líneas para la asistencia, la creación del cuerpo de abogados especializados en la problemática, entre otros. Pero necesitamos medidas radicales para la eliminación de la violencia, porque cuando analizamos las cifras de los últimos años, encontramos que el 2020 fue el peor año que tuvimos con 19 femicidios y este año estamos cerca de esa cifra”, remarcó.

Cifras que duelen

El último informe del Observatorio Mumalá "Mujeres, Disidencias, Derechos", en el cual se presentaron los datos recopilados desde el 1° de enero al 31 de octubre, da cuenta de que hasta ese momento habían ocurrido un total de 282 muertes violentas de mujeres, travestis, trans, de los cuales 189 fueron tipificados como femicidios.

En ese reporte se subraya que en Argentina ocurre un femicidio cada 39 horas y que en lo que va del año 2021, 187 niñas, niños y adolescentes se quedaron sin madre.

También se contabilizan 258 intentos de femicidios, 39 muertes violentas de mujeres en proceso de investigación y 13 suicidios femicidas.

En Tucumán, en el mismo periodo, se registran 17 Femicidios, 17 Intentos de Femicidios, 5 muertes violentas de mujeres, 1 caso en investigación y 1 suicidio Femicida.

Datos destacados

Las provincias que presentan la tasa más alta de femicidios son Santiago del Estero (2.4), Formosa (2), Tucumán (1,7), Salta (1,6), La Rioja (1), Chaco (1.1) y Neuquén (1.2).

El 66% de los femicidios fueron cometidos por la pareja o la ex pareja de la víctima.

El 55% de las víctimas tenían entre 19 y 40 años.

34% de los femicidios fueron cometidos con armas blancas; el 25% fueron asesinadas con armas de fuego.

El 22% de las mujeres víctimas había denunciado a su agresor previamente, de las cuales el 59% tenía orden de restricción de contacto o perimetral y el 8% contaba con botón antipánico.

67% de los femicidios fueron cometidos en la vivienda de la víctima o en la vivienda que compartía con el victimario.

El 10% de los femicidios fueron cometidos por personas pertenecientes a las fuerzas de seguridad.

El 11% de los femicidas tenía antecedentes penales de violencia de género.

En el 12% de los casos el femicida asesinó a una tercera persona, porque quedó en la línea de fuego o para ocasionarle un daño irreparable a la víctima.