Los dichos de Lucas Luna y Verónica Sikora, dirigentes de La Libertad Avanza, el espacio que comanda Javier Milei, que tuvieron palabras discriminatorias contra Franco Rinaldi y Milagros Juez, la hija de Luis Juez, que padece parálisis cerebral, merecieron el repudio generalizado del arco político y de amplios sectores de la sociedad. A ellos se suma la mirada del periodista Gabriel Levinas, que hace unas semanas descalificó a Wado de Pedro por tener un transtorno en el habla.
Más allá del rechazo y de las expresiones de solidaridad, esta sucesión de hechos discriminitarios por parte de dirigentes políticos y figuras públicas merece un análisis más riguroso sobre la forma en que societariamente miramos a la discapacidad.
Consultada por Radio Prensa, la especialista del Poder Judicial, Dra. Teresa Ivankow, señaló que, en primer lugar, la discapacidad no debe ser abordada como una cuestión personal, sino que tiene que ver con la mirada social. "Los modelos viejos tutelares ya no van más. Los que discapacitamos a las personas somos nosotros, el entorno, y no su diagnóstico. La lupa sobre la discapacidad no debe ser estigmatizante ni tampoco ser una barrera que obstaculice el ejercicio de lo derechos", sostuvo.
Y explicó que negar el derecho al voto o atribuir una presunta incapacidad de gestión de políticas públicas a una discapacidad física, es violatorio de todos los estándares internacionales que nuestra República asumió en su Constitución y leyes reglamentarias.
"El derecho al voto es un derecho personalísimo del que gozan todos los ciudadanos y que respeta estándares internacionales que buscan garantizar el libre sufragio. Esto debe ser garantizado por los Estados. La hija de Luis Juez quiso ir a votar, está en el padrón y como cualquier ciudadano tiene derecho a votar. Negarselo es sumamente discriminatorio", expuso.
Y si para el ciudadano común ya es un hecho grave, para los dirigentes políticos, que se supone deben dar el ejemplo, lo es aún más. "Los candidatos deben conocer bien el derecho. No pueden desconocerlo aquellos que tienen responsabilidades superiores al resto de los ciudadanos. Al cometer un acto de discriminación que están prohibidos por el derecho internacional, pueden y deben ser sancionados por la Cámara Electoral, porque la discriminación es un delito", subrayó Ivankow al aire del programa Quien quiere oir que oiga.
El rol de medios y comunicadores
Ivankow resaltó además la importancia del lenguaje para la superación de las barreras sociales que aún hoy dificultan la verdadera inclusión de las personas con discapacidad. En este sentido, consideró fundamental que los trabajadores de los medios de comunicación también deban capacitarse en buenas prácticas. "No hay que poner barreras en el lenguaje y para eso hay trabajar con modelos mucho más empáticos y comenzar a romper las barreras sociales. No se trata de tener una mirada de lástima, sino una mirada de derecho y de empoderamiento de las personas con discapacidad".
"La palabra no es inocente. Los zócalos en la tele o lo que escuchan en la radio queda en el inconsciente de la gente. Es importante poder desestructurar el lenguaje que se usa en los medios. La inclusión no es atribuirle ideales que parece que estas personas no pueden tener una vida común, se trata de brindarles un trato adecuado y merecido por sus capacidades. La mirada debe ser de derechos, no de asistencialismo", sentenció.