Pueden asociarse vómitos, irritabilidad y, en algunos casos, convulsiones (como parte de un compromiso neurológico de grado variable). Este cuadro es precedido por síntomas digestivos que se presentan durante la semana previa (diarrea o diarrea con sangre).
La doctora Verónica Pérez Ordoñez, coordinadora del servicio de Emergencia, comentó que esta enfermedad a menudo ocurre después de una infección gastrointestinal con la bacteria E. coli. Sin embargo, la afección también se ha asociado con otras infecciones gastrointestinales como shigella y salmonela. También ha sido relacionada con infecciones que no son gastrointestinales.
“Este síndrome puede darse a cualquier edad, pero es más frecuente en niños de 2 a 5 años. Se debe principalmente a la ingesta de carne picada, carne molida o lácteos que están mal conservados, yogur o leche, ya que muchas veces dejan las mamaderas fuera de la heladera y se corta la cadena de frío, por lo que puede crecer esta bacteria en ese lugar”, explicó la profesional. Además, añadió que otra de las causas puede deberse a la mala higiene, mal lavado de verduras y frutas, o a la mala higiene cuando se cambia el pañal.
En lo que respecta a los síntomas, Pérez Ordoñez indicó que los signos del síndrome pueden variar dependiendo de la causa. La mayoría de los casos son causados por una infección con ciertas cepas de la bacteria E. coli, la cual afecta primero el tubo digestivo. Los signos y síntomas iniciales de esta forma de síndrome urémico hemolítico pueden ser los siguientes:
- Diarrea, que a menudo es sanguinolenta
- Dolor, cólicos o hinchazón en el abdomen
- Vómitos
- Fiebre
Todas las formas de síndrome urémico hemolítico, sin importar la causa, dañan los vasos sanguíneos. Este daño hace que los glóbulos rojos se descompongan (anemia), se formen coágulos de sangre en los vasos sanguíneos y se dañen los riñones. Los signos y síntomas de estos cambios incluyen los siguientes:
- Coloración pálida, incluida la pérdida del color rosado en las mejillas y dentro de los párpados inferiores
- Fatiga extrema
- Dificultad para respirar
- Tendencia a la formación de moretones o moretones inexplicables
- Sangrado inusual, como sangrado por la nariz y la boca
- Disminución de la micción o sangre en la orina
- Hinchazón (edema) de las piernas, los pies o los tobillos, y con menos frecuencia en la cara, las manos, los pies o el cuerpo entero
- Confusión, convulsiones o accidente cerebrovascular
- Presión arterial alta
“Hay que consultar siempre al lugar más cercano al domicilio o al pediatra de cabecera. Se debe ir controlando porque como empieza como una gastroenteritis tenemos que ver la evolución de la enfermedad. Una vez diagnosticado se realizan exámenes complementarios, laboratorios, fijándonos principalmente en la función renal. Cuando el niño ya deja de hacer pis es un llamado de atención, es un signo de alarma donde la mamá debe consultar urgentemente”, remarcó la profesional.
Pérez Ordoñez manifestó que en la actualidad no están teniendo casos de síndrome urémico hemolítico. Pero destacó que ante cualquier duda y ante el primer síntoma gastrointestinal se debe consultar con el médico de cabecera o asistir al lugar más cercano al domicilio.