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Alperovich fue condenado a 16 años de prisión en el juicio por abuso sexual

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El tres veces gobernador de Tucumán, José Jorge Alperovich, fue encontrado culpable de las acusaciones de abuso sexual contra su sobrina y ex colaboradora. Quedó detenido en forma inmediata en calidad de prisión preventiva en una unidad penitenciaria. La sentencia vence el 17 de junio de 2040.

El Tribunal Oral en lo Criminal, a cargo del juez Juan Ramos Padilla falló en contra del exgobernador José Jorge Alperovich (69 años), en el juicio por abuso sexual reiterado contra su sobrina y ex colaboradora personal. Fue condenado a 16 años de prisión y quedó detenido inmediatamente en el penal de Ezeiza.

El exmandatario provincial está acusado de haber cometido entre nueve y diez delitos de tentativa de abuso, abuso simple y abuso agravado con acceso carnal en perjuicio de la hija de su primo hermano entre diciembre de 2017, ni bien ingresó la denunciante a trabajar como mano derecha del entonces senador nacional, y marzo de 2018.

El fiscal Sandro Abraldes había exigido una pena de 16 años y medio por abuso sexual agravado por acceso carnal en seis oportunidades, y por haber cometido al menos tres hechos de abuso sexual, dos de ellos en grado de tentativa. Todo en concurso real, es decir, se debe considerar la pena por separado. Tomó como agravantes el sometimiento, la asimetría de poder y la autoridad que tenía como funcionario público, además del deterioro físico y psicológico que sufrió la denunciante.



El juicio se inició el 5 de febrero y se llevaron a cabo 15 audiencias donde desfilaron casi 70 testigos y peritos. A lo largo de este proceso para los acusadores, los “accesos”, “tocamientos” y “situaciones indecorosas” se perpetraron en uno los departamentos del acusado en Puerto Madero; en su auto personal mientras viajaban a realizar visitas al interior de Tucumán en el marco de una campaña proselitista para competir contra Juan Manzur por la gobernación de 2019; en el búnker de Alperovich de la calle Martín Fierro de la capital provincial y en dos quintas de la localidad de Yerba Buena.

“Se puede afirmar, más allá de toda duda razonable, que José Jorge Alperovich es el autor de todos los hechos (...), que ocurrieron en diferentes domicilios ubicados tanto en esta ciudad como en San Miguel de Tucumán y en el vehículo de Alperovich. Para cometerlos, el imputado se valió de su enorme poder que detentaba a nivel laboral, familiar y político en toda la provincia. Él había sido elegido tres veces gobernador y era, para la época de los hechos, senador nacional y asesor ad honorem para la provincia”, expresó la querellante Carolina Cymerman al alegar en compañía de su colega Pablo Rovatti.

A su turno, el representante del Ministerio Público, Sandro Abraldes, expresó: “Este juicio es un juicio de la impunidad del poder”, y precisó: “José Alperovich estuvo siempre ubicado arriba, en una posición de poder amplio, y F.L. muy por debajo, en un área de sometimiento. Según sostuvo, el acusado, cuando vio a la denunciante (por primera vez, en un evento político), decidió que debía sumarla a su equipo porque su belleza física le provocó un gran impacto. No la quería para trabajar con él, la quería para la cama”.

Luego calificó al imputado de “caudillo”, “jerarca” y “patriarcal”, y remató: “El gran mandón puede hacer lo que quiere, cuando quiere. (...) Así es que la convirtió en un objeto de su placer sexual”.

La defensa, además de rechazar la existencia de todos los hechos, abonó la teoría de una “causa armada” esbozada por Alperovich durante su declaración del pasado 3 de junio.

Para eso, deslizó sospechas respecto de la financiación de los pasacalles que salieron a la luz un día después de la carta que publicó la denunciante en noviembre de 2019 acusando de abuso a su tío segundo. Esos carteles, dijo, se vieron en Buenos Aires, Córdoba y Tucumán y vinculaban al imputado con el actor Juan Darthes.

En ese marco apuntó contra el actual diputado nacional Carlos Cisneros, reconocido adversario político del ex gobernador en su provincia. “No la abusé, estoy muerto en vida”, dijo.

“Sé que todos dirán lo mismo, pero yo quiero decirle, señor juez, que tengo 68 años, 11 nietos, 4 hijos… Quiero la verdad, porque esto me mató”, expresó aquel 5 de febrero.

A su vez, ese día precisó: “¿Voy a arruinar mi vida a esta edad? Yo no abusé de ella”, y sobre el origen del proceso penal en curso, añadió: “Esta causa fue armada”.