La festividad, que fusiona rituales paganos con la fe cristiana, se lleva a cabo cada 23 de junio, vísperas del Día de San Juan Bautista. La noche se llenó de música, bailes y comidas típicas, creando un ambiente de devoción y alegría.
El momento más esperado del ritual fue, como cada año, el cruce descalzo sobre el fuego. Los promesantes caminaron sobre el colchón de brasas al rojo vivo, ya sea para pedir salud, agradecer milagros o simplemente para dejar atrás aquello que ya no desean en sus vidas.
"Contamos con la presencia de mucha gente que viene no solo de barrios de Concepción, sino también de otras localidades. Aquí no hay magia, solo fe", explicó Fabián Toranzo, uno de los organizadores del evento.
Esta tradición, que se mantiene viva desde hace seis décadas, convierte a la Noche de San Juan en uno de los encuentros más esperados y significativos del año en la ciudad de Concepción.