Daniel Pacin, referente de la Confederación Argentina de Clubes de Barrio, habló con Prensa Multimedios acerca de la situación crítica que atraviesan las instituciones deportivas y sociales, que no son ajenas a la delicada situación económica del país. En este sentido, explicó que el desmedido aumento de los servicios públicos y la quita de subsidios que permitían atenuar su impacto los llevó a una situación difícil de sobrellevar.
Que los clubes de barrio siempre estuvieron desatendidos por los sucesivos gobiernos no es un secreto. Los dirigentes se tuvieron que volver expertos en derecho administrativo y gastar suelas de varios zapatos para conseguir fondos o beneficios para la continuidad de las actividades que desarrollan. Tampoco es un secreto que los clubes son el corazón de muchos barrios vulnerables. Allí no solamente se aprende de deportes, muchas veces también se alimenta y se educa. La función social que cumplen, generando oportunidades para los más vulnerables y alejando pibes de las calles y muchas veces de las drogas, debería ser promovida y respaldada por políticas de Estado fuertes y persistentes en el tiempo.
Lamentablemente, el Estado nunca ha generado un acompañamiento adecuado y por eso los clubes vienen atravesando una extensa y cada vez más profunda crisis. Si todavía subsisten poco más de 20 mil clubes en toda la Argentina, es por la lucha de sus dirigentes y el aporte de las comunidades que sostienen sus actividades.
Esta semana, el Gobierno de Javier Milei, en una nueva muestra de lo poco que le interesa el bienestar de los sectores más vulnerables, impuso nuevas condiciones que deben cumplir los clubes de barrio para mantener los subsidios en las tarifas de luz y gas natural, bajo la excusa de que podrían existir entidades que "no los necesitan" y "pueden pagar".
En detalle, los cambios impulsados por el Gobierno establecen que las entidades que busquen obtener los subsidios en energía deberán encontrarse inscriptas en el Registro Nacional de Clubes de Barrio y de Pueblo. Además, también deberán encontrarse incluidas en el “Registro de Beneficiarios - Clubes de Barrio Res. SE 992/21”.
La resolución generó mucho malestar y preocupación entre los dirigentes, quienes vienen advirtiendo desde el año pasado que el brutal aumento en las tarifas de los servicios públicos pone en riesgo la supervivencia de muchas instituciones.
"Los clubes veníamos con una situación compleja por los costos de
las tarifas y esta quita de subsidios que recibían 2.200 clubes, de los
20 mil que hay en el país, nos pone en la cuerda floja", señaló Daniel
Pacin, referente de la Confederación Argentina de Clubes de Barrio. Para
el dirigente, se trata de una medida que busca la exclusión de todas
las instituciones del registro para "ahorrarse" el costo de los
subsidios.
"Vinieron con la excusa de que se
encontaron en 3 instituciones cuestiones como que cobraban una cuota
elevada. Pero la ley no habla en ninguna parte de cuota social, ni de la
facturación del club, solamente fija un mínimo y un máximo de socios.
Es claro que quieren sacar a todos los clubes del registro y pedirles
que todos se vuelvan a empadronar, porque como no funciona la oficina de
ayuda que debería tener la Subsecretaría -de planificación y
planeamiento- para que los clubes puedan completar la documentación
necesaria para realizar los trámites, lo que indirectamente están
haciendo es quitar los subsidios", subrayó.
Y añadió: "A muchos clubes les falta algún papel o no pueden pagar el timbrado o algún sellado y se quedan afuera. Otros ni se enteran. Estabamos muy mal porque solo el 10 % estaba recibiendo el beneficio y ahora problablemente no lo va a recibir ninguno".
La resolución del Gobierno se dio a conocer casi al mismo tiempo en que
el presidente Javier Milei volvió a la carga para intentar imponer las
Sociedades Anónimas en el fútbol argentino. En realidad, el fantasma de
la privatización amenaza con extinguir los clubes argentinos desde el
triunfo de LLA en el balotaje de 2023. Si bien la idea de permitir las
SAD apunta más a volver el fútbol de primera en un negocio (mayor del
que ya es), la firme postura del presidente de que el Estado debe ser lo
más chico posible genera muchas preocupación entre los dirigentes de
clubes cuyo presupuesto apenas si alcanza a cubrir los gastos
operativos.
En este sentido, Pacin señaló que los clubes de
barrio están siempre amenazados por su fragilidad económica y que sin la
protección del Estado, serán devorados por la ambición del sector
inmobiliario. “Lo que les interesa de nuestros clubes son sus predios,
porque son lugares interesantes para hacer un barrio, un shopping o un
edificio. El club es el corazón del barrio y eso genera mucho interés
para hacer otros negocios", expresó.
"Los clubes son la columna vertebral del deporte social, generan comunidad, generan espacios de contención. Después de la familia
y de la escuela, los clubes son la última barrera de contención. Los
subsidios a la energía que recibían los clubes en total significa el
0,02 % del gasto público. Esto significa que no es un problema económico
sino una decisión política. Con esta medida, lo que está en riesgo es el futuro de los clubes y con ellos, el futuro de millones de personas. Se calcula que son alrededor de 12 millones de argentinos los que participan de alguna actividad en los 20 mil clubes sociales relevados. ¿Adonde van a ir esas personas si se cierran?", sentenció.